lunes, 15 de junio de 2020

Coronavirus: conceptos, definiciones y orígenes de este mal (por Gabriel Zas)


Virus, viroide y virión: conceptos claves para entender la definición de coronavirus


VIRUS  
Para entender mejor qué es un coronavirus en términos clínicos, hay que remitirse primeramente a una definición trascendental: qué es un virus. Un virus es una entidad biológica compuesta por un fragmento de ADN o ARN encapsulado dentro de una corteza de estructura proteica denominada cáspide que contiene en su núcleo diferentes tipos de proteínas y cuyo interior contiene el material genético que alberga el genoma de ADN o ARN, según la clasificación que correspondiere. Cuando la estructura proteínica está a su vez engarzada en una envoltura de membrana lípido, hablamos de virus. Cuando dicha envoltura está ausente, hablamos de  virión. Y cuando el fragmento de ADN o ARN respectivamente carece de ambas estructuras (no porta proteínas ni lípidos), es decir que el material genético está disperso en el organismo, hablamos de viroide, considerada la forma más primitiva del virus. Sus compuestos entran en reacción con los de nuestro cuerpo, teniendo como resultado la infección correspondiente. Un viroide muy conocido, mal llamado virus, es el del Ébola. Fueron descubiertos recién en 1978. Por lo tanto, es impropio sostener que un virus en cualquiera de sus formas está vivo o muerto. Lo correctamente adecuado es señalar que está activo o inactivo. Según la doctora Silvina Moretto, “el virus envejece rápidamente, por lo que es necesario que genere réplicas para garantizar su existencia y continuidad”. Para ello, se hospeda en una célula, a la cual mediante la apropiación de su información a través de una maquinaria metabólica, la hace trabajar para sí a tales efectos. Este proceso logra que la célula infectada a largo o corto plazo se destruya y muera.

VIRIÓN

¿Qué es un coronavirus? Clasificaciones y estructuras


Orthocoronavirinae, comúnmente conocidos como coronavirus, es una subfamilia de virus ARN monocatenario positivos perteneciente a la familia Coronaviridae. Se subdivide en los géneros Alphacoronavirus, Betacoronavirus, Gammacoronavirus y Deltacoronavirus. ​ Estos incluyen genogrupos filogenéticamente similares de virus con una nucleocápside de
VIROIDE
simetría helicoidal con envoltura cuyos viriones pueden medir entre aproximadamente 50 y 200 nm de diámetro. Su material genético es el de mayor tamaño dentro de los virus de ARN, con genomas que van desde los 26 a 32 kilonucleótidos.​ Se los llama coronavirus por la corona de puntas que se ve alrededor de la superficie del virus.
Los coronavirus pueden infectar aves y mamíferos produciendo una serie de enfermedades respiratorias y digestivas, muchas de ellas letales trayendo como consecuencia serios perjuicios en la avicultura y la ganadería; también pueden infectar al ser humano causando enfermedades que van desde el resfriado común hasta enfermedades más graves, como bronquitis, bronquiolitis, neumonía, el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y el síndrome respiratorio agudo grave (SARS), entre otras. La mayoría de las personas se infectan con estos virus en algún momento de su vida.2
Hasta la fecha se han registrado treinta y nueve especies de coronavirus.1​ Varias especies son de reciente investigación7​ debido a que varias cepas particulares no habían sido identificadas previamente en humanos.8​ Existe poca información sobre la transmisión, gravedad e impacto clínico8​ y no existen tratamientos aprobados hasta la fecha,7​ sin embargo se pueden tratar varios de los síntomas, las opciones terapéuticas dependen del estado clínico de cada paciente.7​
El género Alphacoronavirus —anteriormente conocido como Coronavirus grupo 1 (CoV-1)— incluye los subgrupos 1a y 1b, cuyos integrantes más representativos son el coronavirus humano 229E (HCoV-229E) y HCoV-NL63, así como la nueva especie alfacoronavirus 1 —incluyendo virus de la gastroenteritis transmisible porcina (TGEV)—, respectivamente. El género Betacoronavirus —anteriormente Betacoronavirus grupo 2 (Cov-2)— incluye varios subgrupos. Los más prominentes (subgrupos 2a y 2b) tienen como especies tipo las especies de coronavirus murino —incluido el virus de la hepatitis de ratón (MHV)– y el SARS-CoV, respectivamente. Los géneros Alphacoronavirus y Betacoronavirus provienen del pool genético que tiene a murciélagos como huésped. El género Gammacoronavirus incluye todos los coronavirus aviares identificados hasta 2009.
Las partes que conforman la estructura general de los coronavirus son, como en todos los virus animales, la envoltura y la nucleocápside. En el caso de los coronavirus, en la envoltura se encuentra una glucoproteína de membrana (M) de 20 a 35 kDa, que forma una matriz en contacto con la nucleocápside. Además se encuentra en la envoltura la glucoproteína S, de 180 a 220 kDa22​, que forma las espículas, espigas o peplómeros responsables de la adhesión a la célula huésped. En el caso específico del coronavirus SARS, en sus espículas un dominio de unión para receptores definidos dirige la adherencia del virus a su receptor celular, la enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE-2). Algunos coronavirus (específicamente los miembros de Betacoronavirus subgrupo A, también llamado subgénero Embecovirus24​) tienen también en la superficie una proteína adicional más corta llamada esterasa-hemaglutinina.
La replicación de los coronavirus comienza con la entrada en la célula, momento en que pierde su envoltura, y el genoma de ARN se libera en el citoplasma. El genoma del coronavirus tiene un caperuza metilada en el extremo 5' (extremo cap'), y una cola poliadenilada (poly A) en el extremo 3', dándole un gran parecido al ARN mensajero eucariota. Esto permite que al ARN se le adhieran los ribosomas citoplasmáticos para su traducción. Los coronavirus tienen también una proteína replicasa codificada en su código genético, que le permite generar nuevas copias de su ARN sin necesidad de transcribirse a ADN, usando los recursos de la célula huésped. Esta replicasa es la primera proteína que se sintetiza ya que una vez que el gen que codifica la replicasa es traducido (síntesis proteica), el proceso se detiene por un codón de parada.26​ Esto se conoce como una transcripción anidada. Cuando el transcrito de ARNm solo codifica un gen, se conoce como monocistrónico. El genoma de ARN se replica a cadena negativa y de esta se forman copias positivas de la que se traduce una larga poliproteína, que deberá ser escindida en las distintas proteínas funcionales del virus. Los coronavirus tienen para ello una proteasa denominada Mpro o 3CLpro27​ que corta la poliproteína para dar lugar a las proteínas víricas (maduración de la poliproteína). Esta es una estrategia vírica para la economía genética, ya que le permite codificar un buen número de proteínas con un número pequeño de transcritos a la vez que mejora la tasa de fallos durante la ejecución de la ARN polimerasa.28​26​ Dicha proteasa es un objetivo de fármacos para impedir la replicación del virus.

Los coronavirus humanos fueron descritos por primera vez en la década de 1960 en cavidades nasales de pacientes con un resfriado común. Estos virus fueron nombrados posteriormente coronavirus humano 229E y OC43. Otros dos miembros de esta familia han sido identificados, el HCoV-NL63 en 2004 y HKU1 en 2005. Los cuales circulan globalmente en la población humana y causan aproximadamente un tercio de los casos de resfriado común. Al igual que otros tipos de virus pueden causar enfermedades más graves del sistema respiratorio como bronquitis o neumonía especialmente en personas con factores de riesgo, ancianos, niños y pacientes inmunodeprimidos. Además de afecciones respiratorias también pueden causar enfermedades intestinales y neurológicas.

Existen registros de siete cepas de coronavirus relacionados con enfermedades respiratorias en humanos (HCoV):

-          Coronavirus humano 229E
-          Coronavirus humano OC43
-          SARS-CoV
-          Coronavirus humano NL63
-          Coronavirus humano HKU1
-          Coronavirus del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV).
-          SARS-CoV-2 (COVID-19).

Después de la publicación del perfil de los brotes de SARS en 2003, resucitó entre los virólogos un interés por los coronavirus. Durante muchos años, los científicos sabían de solo dos coronavirus humanos (HCoV-229E y OC43-HCoV). El descubrimiento de SARS-CoV añadió un tercer coronavirus humano. A finales de 2004, tres laboratorios de investigación independientes informaron del descubrimiento de un cuarto coronavirus humano, nombrado NL63, NL, y coronavirus de New Haven simultáneamente por varios grupos de investigación. Los tres laboratorios siguen discutiendo sobre cuál de ellos descubrió el virus en primer lugar y por tanto tiene derecho a nombrarlo. A principios de 2005, un equipo de investigación de la Universidad de Hong Kong informó del hallazgo de un quinto coronavirus humano en dos pacientes con neumonía. Lo llamaron coronavirus humano HKU1. El brote de neumonía 2019-20 en Wuhan, China, llevó al hallazgo de un coronavirus nuevo, catalogado como 2019-nCoV por la OMS.

Historia


En 1965, los científicos Tyrrell y Bynoe lograron cultivar en un medio orgánico de traquea embrionaria humana un virus obtenido de las vías respiratorias de un adulto con un catarro común.
La exposición a estos cultivos produjo los mismos síntomas de resfriado a voluntarios a los que se les expuso al virus. Sin embargo, el agente patógeno, no crecía en cultivos de tejidos. Era muy sensible al éter y tenía poca relación con los mixovirus o paramixovirus hasta el momento conocidos.
Cuando se observó con el microscopio electrónico estos cultivos se constató la presencia de partículas similares al virus de la bronquitis infecciosa de los pollos. Estas partículas tenían un tamaño mediano (80-150 nm), eran pleomórficas y estaban revestidas por membrana  y cubiertas por proyecciones de superficie con forma de clavos separadas por grandes espacios.
Casi al mismo tiempo que estas investigaciones, otros dos científicos Hamre y Procknow, y posteriormente McIntosh recuperaron un agente con capacidad citopatológica en cultivos de tejido a partir de muestras obtenidas en estudiantes de medicina resfriados. Tampoco tenía relación con otros virus conocidos hasta el momento y la microscopía electrónica mostró partículas idénticas en su superficie.
Casi al mismo tiempo se demostró que cierta cantidad de virus animales, no clasificados con anterioridad, entre ellos el virus de la hepatitis murina y el virus de la gastroenteritis transmisible porcina, presentaban la misma morfología característica en el microscopio electrónico.
Se eligió entonces el nombre de coronavirus para designar un nuevo género de este grupo de virus (el prefijo corona denota el aspecto semejante a una corona de las proyecciones en la superficie). Virus de difícil cultivo in vitro, motivo que ha dificultado durante mucho tiempo su conocimiento.

COVID-19


La enfermedad del coronavirus 2019 (Covid-19) es una afección respiratoria que se puede propagar de persona a persona. El virus que causa el Covid-19 es un nuevo coronavirus que se identificó por primera vez durante la investigación de un brote en Wuhan, China, aunque algunos expertos sostienen que el brote provino de Estados Unidos.  Los síntomas más frecuentes son: fiebre 37º5 o más, tos, dolor de garganta, dificultad para respirar y pérdida del gusto u olfato (disgeusia y anosmia, respectivamente).

Otras pandemias anteriores de coronavirus poco conocidas


Es posible que en el contexto actual de la covid-19 se haya oído hablar de la "gripe española", la más grave de la historia reciente, causada por el influenzavirus tipo A del virus de la gripe, perteneciente a la familia de los Orthomyxoviridae. Por la cantidad de víctimas, fue superada por las pandemias de la peste negra -entre 1347 y 1351, que provocó 200 millones de muertes-, y la viruela, que en 1520 causó la muerte de 56 millones de personas.
En el siglo XX hubo otros dos brotes pandémicos de gripe, la "asiática" (1957-58) y la "de Hong Kong" (1968-69), ambas causadas por otras familias de coronavirus.
Pero la primera gran pandemia de gripe se remonta al siglo XIX. Se le llamó "gripe rusa" porque allí se reportó el primer caso.
Fue en 1889, mucho antes de que la ciencia de la virología hubiera sido concebida.
La "gripe rusa" se extendió rápidamente por Europa, y llegó después a América del Norte y a América Latina. Se cree que mató a un millón de personas, aunque no existen cifras oficiales y el debate sigue abierto.
Pero pese a que no tuvo el alcance de la "gripe española", que mató a más gente que las dos guerras mundiales (alrededor de 500 millones de personas en tan sólo 18 meses, lo que equivalió a un tercio de la población mundial de entonces), la "gripe rusa" fue fulminante. Se cree que también fue causada por alguna especie de coronavirus, pero no existen certezas  científicas al respecto.  Hasta hoy inclusive, su infección está asociada al virus  Influenzavirus A subtipo H3N8.






Fuentes consultadas:  

-           Thiel V, ed. (2007). Coronavirus: estructura y molécula biológica (1ra.edición). Caister. ISBN 978-1-904455-16-5.
-          OMS, sitio oficial: infecciones por coronavirus.
-          Dra. Silvina Moretto, médica odontóloga y cirujana, con orientación en infecciones.
-          Origen y evolución de los coronavirus patógenos.
-          https://fundacionio.com/2020/04/07/algo-de-historia-de-los-coronavirus/
-          Genome.gov.
-          https://definicion.de/virus/
-          https://definicion.de/viroides/


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