lunes, 6 de febrero de 2017

Policiales


Un hombre mató en Rosario a un nene de 2 años y dejó a su padre en estado crítico

El contexto de violencia en Rosario ya no parece ser el de 2014, cuando la ciudad tocó su pico histórico en cuanto a la tasa de homicidios. El indicador bajó un 20% durante el año pasado y dejó de ser la ciudad con el registro más alto del país. Sin embargo, el dato se vuelve casi insignificante cuando estallan hechos como el que sacudió el sábado a la noche a la zona oeste. Allí, un nene de 2 años murió baleado y su padre quedó internado en grave estado junto a otro joven luego de ser acribillados, por causas que todavía no están claras.

Santino Relo fue la víctima no deseada de un ataque espeluznante, cuyos motivos estaban más allá de lo que cualquiera de los vecinos del barrio Santa Clara estaban dispuestos a contar.

El apodo de "Bebi", tal como se lo conoce al presunto homicida, circuló más en boca de las fuentes oficiales que en el pasillo donde hoy sólo quedaban los agujeros de las balas como marcas de la saña que terminó con la vida del pequeño y puso en jaque la de su papá.

"Uno es albañil y el otro está en un horno ladrillero. Son gente de trabajo, no se entiende", comentó a secas uno de los jóvenes que en la mañana posterior iba y venía entre la casilla donde se produjo el tiroteo y otra vivienda cercana en la que estaba su madre, desconsolada.

Las chapas que cerraban la pequeña construcción habían sido perforadas por los proyectiles tanto desde el exterior como el interior. Otra mujer que vive cerca de allí ratificó: "Vino con otro más a los tiros, pateó la puerta y siguió tirando adentro donde estaba la criatura".

Los testimonios recogidos no coincidían con la información oficial difundida por los voceros del Ministerio Público de la Acusación (MPA), quienes indicaron que el fiscal Adrián Spelta trabaja sobre la hipótesis de un "ajuste de cuentas". La pista narco podría ser otro aspecto a investigar.

Aunque la versión preliminar apuntaba que los disparos habían partido desde un auto, los vecinos aseguran que el tirador y su cómplice llegaron pie por el pasillo de tierra que va desde la calle 1709 al 7800 hasta el centro de la manzana que ocupa una canchita de fútbol. "El Fiat negro vino después y los levantó", aseguró un hombre que presenció la huida de los criminales pasadas las 20 del sábado.

Luego del llamado de urgencia al 911, Santino fue derivado al Hospital de Niños Víctor J. Vilela, donde falleció alrededor de las 21 tras recibir tres disparos. Su padre, José Augusto, de 23 años, fue intervenido quirúrgicamente luego de que una bala le atravesara el cráneo y permanecía esta noche con asistencia mecánica respiratoria en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca).

A la guardia del mismo establecimiento sanitario ingresó Jorge Leandro De la Cruz (21), quien también se encontraba grave a raíz de las heridas que había sufrido en el tórax y la espalda.

Mientras las víctimas eran asistidas, la Policía intervino en el lugar y detuvo a un sospechoso en una de las propiedades cercanas. Allí secuestraron además una carabina, aunque horas después seguía la búsqueda de José Luis A., el nombre de "Bebi".

Indignados, los vecinos se limitaban a apuntar hacia el extremo opuesto de la manzana, cerca de la esquina de 27 de Febrero y Crisólogo Larralde. Así se apoyaban para indicar que es un muchacho del barrio al que ya le atribuyen haberse apropiado de dos casas del barrio por medios tan violentos como los que desplegó anoche.

La muerte de Santino es la segunda en menos de un mes que tiene como víctima a un niño. El 11 de enero, un ataque similar terminó en Villa Gobernador Gálvez con la vida de Candela Abigail Maciel, también de 2 años.

Ambos casos forman parte de la lista de 19 asesinatos registrados durante 2017 en el departamento Rosario, donde la violencia insiste en ir más allá de lo que alcanzan a reflejar los números.


(24con)

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