EL DESAFÍO DE ESCRIBIR CON LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS
Antiguamente, se disponía una regla general para redactar en gráfica que todo periodista debía respetar rigurosa y caprichosamente: el uso indiscriminado de las 5w (por sus siglas en inglés, what, were, where, why y whole). En español, refencia a las cinco preguntas básicas a la que debemos asistir cuando nos encontramos frente a cualquier hecho de cualquier naturaleza: qué, por qué, quién, dónde y cuándo. Cualquier persona, por más curiosa que resulte o no, inevitablemente esquematiza en su mente este planteo arbitrario. Sin embargo, en el periodismo es difícilmente claro responder al por qué. De hecho, hay situaciones que suceden y no hay una explicación exacta que justifique porqué se llevó a cabo dicha acción. Contrariamente, sea cual sea ésa situación, la misma conlleva una cadena de mecanismos impulsados por una motivación determinada que desembocan en un proceso de producción sistemático, es decir, el cómo.
Los periódicos en papel respondían a estas cinco preguntas básicas (o seis, si el porqué estaba explícito) en la entrada del primer párrafo (llamado copete), con una extensión máxima permitida de tres a cuatro líneas. Luego, el resto de la información se iba disgregando por relevancia de los hechos en pequeños párrafos que no superaran las cinco líneas. Y si la noticia tratada tenía vínculos directos con una anterior, se recurría a una especie de resumen sobre ésa nota plasmada dentro de la inquisición nueva a modo de ubicar al lector en tiempo y espacio específicos, y situarlo en un contexto y planos determinados (el nombre técnico de este exhorto es background). Hoy de eso no queda nada. Es un vago recuerdo que de a poco ingresa en una nebulosa arrastrada y desechada a un container de herramientas obsoletas, aunque cabe destacar que algunos medios, un ínfimo porcentaje de ellos, todavía mantiene viva ésta técnica.
Este sistema fue abatido y desplazado paulatinamente por los avances inevitables de la tecnología. El background sigue existiendo, pero se aplica de una manera absolutamente diferente a la descrita en párrafos anteriores, sujeta a la idiosincrasia personal de cada medio de comunicación: algunos lo emplean al comienzo de la noticia de manera cronológica, a fin de armar una suerte de historia breve; otros optan por invertir el esquema y narrarlo al final, fiel al modelo inicial pero con algunas tergiversaciones implementadas para moldearse a los nuevos tiempos de cambios tecnológicos; y otros la mechan a lo largo de toda la información para ensamblar y cotejar datos modernos con datos antiguos, y entablar una especie de comparación estratégica. Lo cierto es que hoy los modos de redactar en los distintos géneros periodísticos están adheridos a los libres albedríos de las diversas disposiciones tecnológicas, aunque muchos comunicadores y estudiosos del tema sostengan lo contrario. Cada medio creó un nuevo estilo y una nueva manera de redactar, sin estar pendientes a un organigrama gramatical y literario que ya quedó en el olvido.
También es cierto que algunos medios lo reinventaron y cambiaron el orden de la conocida pirámide invertida: las cinco preguntas elementales quizás sean respondidas en la mitad del tratado periodístico y el inicio esté delimitado por lo menos relevante. Pero la lógica que atraviesa a toda la concepción gráfica es que los periodistas y los medios son libres de escribir a su antojo. Sólo es cuestión de dejar volar la imaginación.
EL TIEMPO, UN ENEMIGO DE LA NUEVA ERA
Internet obliga a un tratado y control permanentes de las información abordada: acualizaciones y ampliaciones, principalmente. Esto disminuye el tiempo de producción de una noticia, por lo que muchas veces el chequeo de datos es pobre y el artículo se sube a la Red con bastantes datos sin comprobar, con errores de redacción y, sobre todo, con reseñas puntuales y concisas. Hay que tener en cuenta que la audiencia de hoy está fragmentada. ¿Qué quiere decir esto? Como Internet pone a disposición muchos medios y portales de noticias al libre servicio del usuario, lee un poco de todo: quien antes leía solamente Clarín, por ejemplo, hoy lee también La Nación, Crónica, C5N, Infobae, entre otros, por lo que claramente se perdió la fidelidad a un único medio. Inclusive, medios de comunicación que antes eran específicamente señales de cable de televisión, hoy administran sus propios portales de noticias, como ser el caso de TN y Canal 26, por ejemplo.
Pero el escueto tiempo de producción de una nota obliga además, entre otras cosas, a la precisión de lo abarcado: notas de 8 párrafos o más, muy lineales y claros. El periodista comenta lo esencial y nada más, no se explaya en cuestiones inherentes a la nota porque el factor tiempo se lo prohibe, así qué se limita a realizar algo puntillosamente concreto, pero de calidad, porque sino no va a convocar audiencia. Si bien muchos lectores prefieren las noticias largas para estar debidamente informados sobre un tema en particular, creo en lo personal que el estar bien informado pasa por la calidad de la noticia, sea extensa o breve. Si el contenido es interesante e informa con claridad y profesionalidad, no importa otra cosa. Por lo tanto, a mi entender personal, la brevedad no va de la mano con la calidad. Ésa cualidad la va a pulir o no el periodista encargado de redactar la noticia. Además, creo que como el público hoy es fragmentado, otro medio que aborda una misma nota aporta datos sobre ése tema que otro diario no aportó y complementa y amplia así la perspectiva del público lector. Por eso, me aferro firmemente a la idea de que para que una nota sea buena no es necesario que sea extensa, sino que tenga rigor y calidad periodística, y sobre todo buena redacción.
Internet es un flujo continuo de información que funciona las 24 horas al día sin descanso. A veces no hay tiempo de producir una nota debidamente (ir al lugar de los hechos, recabar datos, realizar entrevistas, etc.) y se recurre a realizar una nota curada. ¿Qué es una nota curada? Es una nota producida a partir de datos de otros medios. Por ejemplo, los titulares pueden ser propios, pero el primer párrafo ser de un medio, las imágenes pertenecer a otro, el tercer párrafo ser de La Nación y el cuarto de Télam, quizás. A su vez, se puede poner un hipervínculo direccionado a una entrevista realizada por otro medio y que el periodista la utiliza para respaldar su postura respecto al tema. Porque la nota curada, a mi criterio personal, rejunta párrafos de otros diarios que definan la postura y la ideología que tiene ése periodista en relación a ése tema en especial, y esto es un recurso muy utilizado hoy en día y completamente lícito. A partir de otras informaciones, se produce una totalmente nueva.
Internet sirvió en la mesa audios y videos, que el periodismo se los expropió para beneficio personal, al igual que las declaraciones que se manifiestan por Twitter o Facebook: se copia, se pega y se deja testimonio directo de un hecho puntual. Esto es un avance. Pero el periodista de hoy tiene que estar preparado para afrontar los nuevos cambios que se vendrán en los próximos años. El futuro está cerca y hay que estar preparados y armados para recibirlo y enfrentarlo de la mejor manera posible.
martes, 31 de mayo de 2016
Juicio a Messi: su abogado ausente en la primera audiencia, por Gabriel Zas
Caso Messi
Su abogado,Enrique Bacigalupo, estuvo ausente en lo que fue el primer día del juicio oral y público
Lionel Messi y su padre, Jorge Horacio Messi, están acusados de defraudación pública al Estado por USD 4,5 millones entre el 2007 y el 2009
El juicio por fraude fiscal contra el futbolista argentino Lionel Messi y su padre, Jorge Horacio Messi, ha comenzado este martes con la ausencia de la madre de la estrella del Barcelona, Celia Cuccittini, y otros tres testigos que decidieron no acudir a la citación en la Audiencia de Barcelona.
Celia Cuccittini, la madre del jugador, recurrió al artículo 419 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que dispensa de declarar a los descendientes, ascendientes, cónyuges o hermanos consanguíneos de los procesados, para no presentarse esta mañana en el juicio.
Tampoco lo hicieron otros tres testigos vinculados a varias sociedades instrumentales que supuestamente Messi y su padre habrían utilizado para defraudar y que estaban citados para esta primera jornada. Uno de ellos ya ha fallecido, mientras los otros dos no han comparecido en la Audiencia de Barcelona sin que hayan alegado los motivos de su incomparecencia.
Lo que no era de esperar es que el propio abogado de Messi haya caído con gusto en la tentación del símil. Este martes, a su llegada a la Audiencia de Barcelona, el exmagistrado del Tribunal Supremo Enrique Bacigalupo ha sido preguntado por su estrategia de defensa: "La estrategia es al contragolpe", ha dicho, sin que uno acabe de entender en este caso concreto cómo puede armarse un contragolpe; tal vez, apuntando como responsable de la trama de empresas a un bufete de asesores externos que nubló la cabeza de Jorge Horacio Messi.
Contenido en la vista, Bacigalupo ha asumido la visión del juicio como un partido de fútbol en el que unos y otros marcan goles, defienden y atacan. Este martes, por ejemplo, la defensa había planteado la nulidad del proceso al entender que la Agencia Tributaria actuó con mala fe durante la inspección a los Messi: en esencia, los abogados creen que debió haber llevado el caso mucho antes de lo que lo hicieron, lo que hubiera ahorrado a la familia aportar documentos comprometedores. El tribunal ha rechazado la petición. Preguntado por esa pequeña y previsible derrota, Bacigalupo ha seguido enganchado al símil: "Aún queda mucho partido".
La acusación reclama para los dos una multa equivalente a la cantidad defraudada y 22 meses y medio de prisión. Al no tener antecedentes judiciales muy probablemente la pena de cárcel no se aplicaría.
Después de ganar la Liga y la Copa del Rey en España con el Barça, el quíntuple ganador del Balón de Oro vio interrumpida su preparación para la Copa América Centenario por este este escándalo extradeportivo que lo persigue desde junio de 2013.
Una vez termine su declaración, volverá a Estados Unidos para la concentración de la albiceleste, que debuta en la competición el 6 de junio contra Chile.
Resumen del caso Messi (material de archivo de América TV)
Cortan varios puntos de la provincia en reclamo de alimentos, por Gabriel Zas
Mañana de caos
La organización Barrios de Pie restringió, desde esta mañana, varios puntos de acceso que conectan la Capital Federal con el Conurbano bonaerense
El dirigente Daniel Menéndez afirmó que intentarán "generar el menor inconveniente en el tránsito posible", pero dijo que la medida era necesaria ya que "hay un millón y medio de nuevos pobres, puestos de empleo destruidos y una disparada de la inflación"
Miembros de la organización social
Barrios de Pie comenzaron con su jornada de protesta. A primera
hora bloquearon el tránsito en el Centro porteño, y poco antes del
mediodía empezaron con cortes en la avenida General Paz, puente La Noria y ruta Panamericana, que complicaron mucho la circulación vehicular. Se trata de una jornada de múltiples piquetes en varios accesos en reclamo al Gobierno bonaerense de
alimentos para comedores comunitarios y puestos de trabajo ante
"el deterioro de la situación social". Los manifestantes, desde las
7:30, realizaban un bloqueo parcial en el cruce de las avenidas Corrientes y
Callao, donde tenían previsto instalar una olla popular.
El conflicto, que viene alargándose desde
hace varias semanas, había sumado una reunión con el ministro de Desarrollo Social bonaerense, Santiago López
Medrano, hace
poco más de una semana. En esa cita, los manifestantes solicitaron petitorios
en los que reclamaban alimentos, medida que se desvíaba un poco de su idea
original, que era exigir donaciones con movilizaciones contundentes.
Sin embargo, los tiempos se dilataron y las respuestas no fueron las esperadas por el Secretario General de Barrios de Pie, Daniel Menéndez. Es por eso que desde la organización afirmaron que el aumento de los pedidos de asistencia en comedores y merenderos amerita una respuesta contundente de la gobernadora María Eugenia Vidal.
Esta mañana, tras levantar el corte de tránsito en el cruce de las avenidas Callao y Corrientes, los organizadores de la protesta presentaron en la Casa de la Provincia de Buenos Aires una solicitud de audiencia con la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, donde enfatizaron que sus reclamos se enfocan en "empleo y bolsones de alimentos" para las familias más carenciadas.
Cortes programados
Además, pasadas las 11 y hasta las 14, integrantes de Barrios de Pie cortaban el tránsito, entre otros puntos, en:
* Puente Pueyrredón (sentido hacia Capital)
*El enlace de puente La Noria
* General Paz y Ruta 3
*General Paz y Constituyentes
* Panamericana y Ruta 197
* Acceso Oeste y Ruta 25
* Autopista Buenos Aires-La Plata (en La Plata)
* Cruce Varela
* Acceso Oeste altura Morón.
Criterios de noticiabilidad siglo XXI, por Gabriel Zas
¿SE PUEDEN HACER MODIFICACIONES A LOS
CRITERIOS DE NOTICIABILIDAD YA EXISTENTES?
Los criterios de noticiabilidad son formas
de clasificaciones periodísticas que, en su relación con diversos sucesos
cotidianos, le otorgan un grado de valor y ética moral para permitirle al
comunicador identificar si a tales eventos les cabe el rango o no de
"noticia". El periodista británico Carl Warren propuso una lista
inicial de estos conceptos, que con el tiempo se extendió gradualmente gracias
al aporte de otros profesionales. Para mencionar algunos, están los de
actualidad, proximidad, suspenso, vida/muerte, trascendencia, entre otros. Pero
a mí particularmente me interesa detenerme en uno y abundar sistemáticamente en
su significado. Aludo a la valorización de " conflicto ", que el
autor (Warren) define como " toda información que suponga una disputa, una
pelea o un enfrentamiento", bajo la observación clínica de que esta
definición abarca principalmente a diferencias gremiales entre dos o más
organizaciones políticas, rivalidades institucionales, contiendas políticas y
deportivas, y eventos de la misma talla que se extienden a la uniformidad de lo
cotidiano. Hasta este punto no existen objeciones ni refutaciones. Pero el
británico añade indiscriminadamente episodios delictivos y catástrofes
naturales, y acá es donde yo discrepo contundentemente porque lo considero una
falencia inaceptable, al punto de diseminar arbitrariamente que todos los
eventos condensados en esa categorización son de naturaleza distinta. Yo
propongo entonces que se deleguen en otras dos ramificaciones, razonablemente
válidas desde mi enfoque profesional: por un lado, ilícitos, en donde se van a
agrupar hechos delictivos de diferente escala y gravedad, extensivos al ámbito
social, público y privado, sin discriminación de género y número. Además, por
regla general y por su concepción periodística y social manifiestamente
explícita, incluyo inexorablemente a los "accidentes", sean
automovilísticos, aéreos o marítimos; y por otro, lo que doy en llamar "
tragedias", cuya especificación aglomerara catástrofes naturales como
incendios forestales, aluviones, tsunamis, tifones, huracanes, tormentas inusitadas,
terremotos, erupciones volcánicas, y todo hecho de características similares.
Los incendios intencionales y todo evento producido con previa planificación y
alevosía, serán considerados ilícitos.
Para cerrar, sumaria un tópico más: insólitos, ya que estos hechos no
son reconocidos en ninguna de las divisiones establecidas. Entiendo por tales a
todo evento y/o circunstancia que disponga de un elemento que trascienda los límites
de la moral, a fin de promover una reacción curiosa y azorada en los demás, que
exacerbe la lógica colectiva y genere un punto de inflexión, ceñido de
características que resulten insoportablemente inverosímiles para la psicología
humana.
La estética gramatical (opinión), por Gabriel Zas
La estética gramatical
Por Gabriel Zas
¿Se dice
"la juez o la jueza? Esta duda me surgió a partir de una nota que leí en
un medio local, pues el artículo en cuestión, de carácter político, decía
" La juez de la causa..." y, sinceramente, me sonó insoportablemente
incoherente, confuso y razonablemente sin sentido. No estoy afirmando que este
modo sea incorrecto, pero tampoco lo contrario. Rechacé su composición desde un
comienzo porque en el imaginario colectivo está instaurada la expresión la jueza
y no la juez, como aludía el
medio. Cuando investigué cuál era la acepción apropiada, me sorprendí del
resultado alcanzado: ambas son considerablemente valederas. Pero pensemos un
poco en esta regla, ¿Cuál de las dos formas queda más elegante al ojo humano si
tenemos en cuenta, además, la estructura
del relato, la construcción discursiva y lo que se pretende transmitir? Todos
coincidirían en que la jueza, ¿Por
qué? No por una cuestión de capricho personal, sino por una cuestión de
estética narrativa: el texto queda mejor presentado, la indicada forma
expresiva no desluce al resto de las palabras ni al sentido ni al desarrollo
del mismo, contrariamente lo enriquece arduamente y le otorga un plus
valorativo y ético. Obviamente, el punto crítico de esta idea está forjado por
la infalible idoneidad del comunicador, quien explicitará receptivamente lo que
más crea conveniente, pero es correctamente asertivo inferir que el éxito del
relato dependerá inexorablemente del perfecto uso y aplicación de muchas
palabras, modismos, aforismos, citas, referencias y fundamentalmente del
lenguaje, factor trasversal a toda la lógica de pensamiento que arma y moldea
el texto. Lo más seguro es que el lector acepte la jueza porque leer la juez
le produciría, como fue mi caso, un fuerte dolor de cabeza.
No puedo sin embargo hacer vista ciega al hecho de que
cada país tiene sus costumbres gramaticales. Si vamos, por poner un ejemplo
determinado, a Perú y le decimos vos,
en reemplazo de tú, a cualquier nativo
de ese país, lo más apto es suponer que tome ese vocablo como incorrecto y lo
adopte como un "insulto dialéctico", cuando verdaderamente no es ni
una cosa ni la otra, y claro está, viceversa. Si un habitante de un país
extranjero visita Argentina y nos trata de tú,
nosotros también lo miraríamos extrañados, aunque el éxodo turístico nos
habitúe a esa tendencia a lo largo del tiempo, tanto para un caso como para
otro. Naturalmente, esto lo expuse para ejemplificar una generalidad, ya que la
misma idea es aplicable a miles de palabras y regiones de todo el mundo.
¿Asambleísta o asambleario? Acá tenemos otro ejemplo clarificador. Ambas
dicciones son correctas. Pero en Argentina y otras partes del mundo utilizamos
asambleísta, cuando en otros rincones del planeta hacen uso del segundo
término. Claramente, lo que es válido para unos no lo es para otros. Pero saber
qué manera será la justa estará delimitado por la construcción discursiva, por su formalidad y temática, y por la
creencia popular, ante todo. La estética gramatical es un ritual colectivo y
está atravesado por el tabú del inconsciente.
La crónica de ayer, la no ficción de hoy (opinión), por Gabriel Zas
La no
ficción es un género literario híbrido que mezcla la crónica y el periodismo de investigación en una
estructura uniforme, y es publicado y editado bajo el formato de novela con
todo lo que ello implica. Aunque muchos sostienen que no tiene ninguna vinculación
con lo que se llamó “nuevo periodismo” durante la década del 60, en lo personal
creo que sí. Es más, me atrevo a afirmar que el “nuevo periodismo” sufrió
transformaciones gramaticales, estructurales y literarias cuyas ramificaciones
dieron origen al género de “no ficción”. El nuevo periodismo consistía en el
relato frío de un hecho narrado en prosa, y en donde el periodista se metía en
la psicología del personaje y relataba los sucesos desde un lugar totalmente
exento a su profesión. De hecho, ellos no se consideraban periodistas sino
literarios.
Personalmente sostengo que el fundador de tal género, el
que dio el puntapié inicial en esta clase de textos, fue Gabriel García Márquez
con su obra “Relato de un náufrago”, publicada en 1955 en veinte entregas en un
periódico y posteriormente copilada en un único libro, tal como lo conocemos
hoy en día. Hay quienes en cambio arguyen que su creador fue Rodolfo Walsh con
su libro “Operación masacre” publicado en 1957. Pero, en mi opinión personal,
reitero, atribuyo la creación del género a Gabriel Garcia Márquez. Sin embargo,
existe un tercer grupo de personas que sostiene que su creador fue Edgar Allan
Poe, ya que tomaba casos de la realidad y si no disponían de una solución
concreta, él le inventaba una, o sea, le concebía una solución al hecho en sí y
lo publicaba en una sección del diario.
Paralelamente, la obra del Colombiano mencionada y “¿Quién mató a
Rosendo?” de Rodolfo Walsh guardan un estrecho paralelismo ya que ambas fueron
publicadas en diversas entregas antes de ser aglomeradas en una antología.
El género de “no ficción” vendría un poco a contraponerse
a lo que es el género de “ficción” ya que en lo personal pienso que dicha
variedad es una aproximación a lo real, a la realidad en sí misma, un intento
de representarla bajo un aspecto distorsionado y metaforizado, si se me
permiten mencionar estos adjetivos. La novela de “no ficción”, en cambio,
muestra una realidad que sucedió, motivada por una investigación periodística
exhaustiva. En la ficción, los hechos y personajes son una fantasía de su
autor. En la “no ficción”, todo lo contrario.
Aludiendo un poco a la crónica, y con esto cierro, antes
era un relato cronológico de un suceso. Hoy creo que se trata de contar con recursos
literarios una historia, la historia de algo o de alguien, una historia de la
que a su vez puedan desprenderse otras diferentes, y organizada bajo la apariencia de una estructura libre, tanto gramatical como periodísticamente. Creo que la crónica de ayer
es, de algún modo, el género de “no ficción” de hoy.
lunes, 30 de mayo de 2016
Recuerdo, por Gabriel Zas
El recuerdo que pretendo
describir se remonta al año 1997 y está asociado a la primera vez que fui al
Parque de la Costa, cuya fecha fue coincidente con el día de su inauguración.
La iniciativa de ir fue de mi tío y se le ocurrió la idea esporádicamente, inspirada
quizás, por el fisgoneo de experimentar algo nuevo o por la curiosidad de
conocer la propuesta de dicho parque en el marco de su apertura. O también
me sobreviene suponer que el disparador de la ocurrencia fui yo porque
siempre me gustaron los parques de diversión y la última vez que fui a uno
había sido en 1994 cuando tenía 6 años, y no pude disfrutar demasiado de muchos
de los juegos por la corta edad, porque la norma que regía en estos lugares
ponían un límite mínimo de edad en las plataformas estándar, si vale aplicar
este concepto, a excepción de aquéllos juegos que eran exclusivos para menores
de esa edad y de los que yo estaba absolutamente en contra. Era muy
pretensioso, me gustaban las recreaciones más avanzadas y con mayores desafíos.
No
importaron las razones porque yo estaba contento por el simple hecho de
asistir, disfrutar y pasarla lo mejor posible. Además de mi tío, fueron mi mamá
y mi abuela. Ni bien ingresamos, mi sonrisa y mi alegría se hicieron
manifiestas inmediatamente. Me deslumbró la gran dimensión del espacio, la
pululación de gente, los juegos, y yo que quería subirme a todos juntos a la
vez porque se me hacía difícil decidirme por uno por donde comenzar. Entonces,
ante tal desconcierto de mi parte, mi
tío sugirió empezar por alguno básico, y yo acaté la propuesta sin oponerme y
dispuesto abiertamente a otras alternativas.
El
primer turno fue para la “Montaña rusa acuática” (con capacidad solamente para
dos personas), cuya ubicación se registraba del lado izquierdo de la entrada y,
a su vez, era el juego que menos gente convocaba. Cuando abordamos su ingreso,
teníamos adelante a un grupo reducido de personas (estimo que eran entre cinco
y diez), por lo que la espera para subir no se extendió demasiado tiempo. No voy a ampliar con detalles abusivamente
excesivos la experiencia de aquélla ocasión y voy a resumir el sentimiento en
una sola palabra: increíble. Pero increíble de verdad, en todos los sentidos
etimológicos del vocablo, aunque tal calificativo no alcanza para definir
correctamente la adrenalina que sentí por dentro. Si hubiese sido por mí,
hubiera gastado todo el crédito en ese juego, aunque crédito es un valor
subjetivo, ya que el importe de la entrada contemplaba un pase libre para todos
los juegos.
El
segundo juego fue, si la memoria no me juega en contra, “La vuelta al mundo”,
del cual sólo me inspira decir que fue lo más ostentosamente aburrido que
experimenté en la vida y especialmente en ésa jornada. Después fuimos, y hablo
en plural porque participábamos toda la familia, a diversos juegos de toda
índole y a varios espectáculos poderosamente entretenidos. Inclusive, en el intervalo entre las
actividades elegidas, sacábamos fotos tanto del parque como de los propios juegos
y de los shows, para inmortalizar en imágenes los momentos más destacados de
aquélla extraordinaria primera visita.
Llegó
el turno de ascender al “Samba” y del cual, sinceramente, conservo los peores
recuerdos. Para graficar metafóricamente mi padecimiento en esa pequeña cápsula
circular mecánica, me sentí como en el interior de una licuadora que no
regulaba las velocidades, y funcionaba intensa y descontroladamente. El
resultado fue un esguince en el brazo izquierdo, que persistió por más de tres
semanas, si la reminiscencia evocada es asertiva. Juré desde ese instante no subirme nunca más
a ésa plataforma y dicha promesa la llevo cumplida hasta el día de hoy,
rigurosamente. Pero eso no significa para nada que cambie de opinión, ahora 18
años más tarde. Hasta las peores bajezas merecen una segunda oportunidad, ¿no?
Exento
de este incidente imprevisto, fue una experiencia excepcionalmente buena y que
nunca voy a olvidar. Pasamos todo el día allá, en Tigre. Como conclusión, me
resta agregar que nunca voy a volver a vivir algo así, pues la primera vez es
única, incomparable e irrepetible, pero sobre todo, la mejor de todas.
YouTube: la industria cultural del siglo XXI (opinión), por Gabriel Zas
YouTube: la industria cultural del siglo XXI
El concepto de industria cultural fue introducido en la
década
de 1940 por los autores alemanes, y miembros a su vez de la escuela de
Frankfurt, Horkheimer y Adorno, y
publicado por primera vez en 1947. Es un capítulo del reconocido libro "La dialéctica del iluminismo",
material obligatorio en diversas cátedras de las carreras de Comunicación, Sociales y Política, principalmente. La idea
de industria cultural hace alusión a que la misma lógica que se emplea para producir bienes de distintos
sectores manufactureros, también se aplica a la elaboración de creaciones artísticas, por lo que para ambos autores esas
producciones no cumplen la función de obra de arte. Una obra de arte es original y
tiene magia propia, pero la reproducción seriada que introdujo la fotografía con su aparición rompió con ese estrato y fue lo que
Walter Benjamín
denominó
" La pérdida
del aura", un concepto que empleó 20 años antes que sus sucesores. En líneas generales, los tres
pensadores coincidieron fehacientemente en el núcleo central de la crítica.
El eslogan alrededor del cual
gira toda la concepción de la industria cultural es "Yo produzco tal
producto porque sé que
una masividad nivelada y homogeneizada va a consumar su esencia
profundamente". Dicho más entendiblemente, " Yo promuevo esto porque sé que lo voy a vender", es
decir que el trastrocamiento que dirime a esta lógica netamente mercantil es el interés económico, el interés que persigue el medio y el que alcanza porque
instalan la necesidad y, cuando la masa responde a esos estímulos perversamente
instaurados, nace una demanda inacabable de ese espectáculo mediático o producto cultural, que se consume al
exacerbarse los criterios de razonamiento del espectador porque su espíritu manipulable es dócil y útil. Nosotros,
cuando encendemos la televisión, nos convertimos en cómplices de la industria cultural porque los grandes
monopolios recepcionan nuestros deseos gracias a la implementación de múltiples avances tecnológicos y nos lo sirven en bandeja. Ellos adquieren una
ganancia monetaria en conformidad con el televidente, que es un fiel y
servicial empleado que presta servicios de entretenimiento absolutamente ad honoren.
El cine, la radio, la música y la televisión son las grandes industrias
culturales por excelencia. Pero el siglo XXI ha erigido, ineludiblemente, una
quinta y es YouTube. El servidor de vídeos más importante a nivel mundial le permite a los usuarios
monetizar sus producciones, que van desde tutoriales hasta reproducciones
seriadas de infinidad de categorías. Cuando un vídeo alcanza un mínimo de transcripciones exigidas, equivale a
determinada cantidad de dinero y, superado ese techo, se acrecienta un
porcentaje proporcional a cada visita que reciba ese vídeo en particular, porque ésa capacidad es inmediata al campo publicitario y lo
invita a ser su telonero desde el minuto cero desde que se inicia el video, con
la opción de
suprimir esa tendencia. Pero en ese paradigma, el administrador de la cuenta es
abducido por la consumación proselitista y esclavizado en la prisión del consumo masivo, para
finalmente ser afianzado en la exacerbación de la lógica publicitaria: nuestra creación audiovisual es una vidriera
en la que exhibimos gratuitamente material de otras firmas y nos venden una aparente percepción económica que no es más que una ilusión porque, por cada reproducción nuestra, ellos reciben un porcentaje
superlativamente más
elevado en concepto de imagen y marketing. Creemos que somos victimarios pero
la lógica
comercial de la industria cultural nos transforma inconmensurablemente en víctimas del Sistema
Capitalista.
Tomemos en cuenta 5 millones
de visitas por ejemplo, y multipliquemos esa cifra por 10 del mismo
administrador, se nos hace tormentosamente imposible calcular exactamente su
nivel de ingresos. Y esto sólo en un día, por reproducción individual. Con YouTube pasa exactamente lo mismo
que con la televisión:
el consumidor es partícipe activo de la industria cultural desde el mismo
momento que clickea sobre la flecha direccional que da comienzo a la transición videoteca. El usuario analiza qué es lo que más demanda la audiencia, realiza un estudio de target y
se vuelca a cumplir con esa exacción, siempre con la imaginación como cómplice y aliada de sus propósitos, pues el vídeo debe contener un ingrediente del que las demás representaciones carezcan y
esa peculiaridad va o no a garantizar el éxito que busca. Cotiza aquella obra que sabe que la
gente va a consumir asiduamente e insta a una necesidad emergente, a través de sugerencias tales como
"Si querés
tal cosa, dale me gusta y tal día lo subo" o "Si alcanzo los x líkes, tal otra". La gente
lo acepta porque es obsecuente y comercialmente sumisa, y de una forma
sutilmente encubierta el administrador impuso una necesidad, la cual se
retroalimenta sola por medio de los comentarios de otras personas. Por lo tanto
los youtubers, como se pasó a denominar a dichos internautas intelectualmente
abatidos por una lógica
diabólica,
son siervos fieles y leales que creen responder a las demandas de su propio
criterio moral y deseos internos, pero en realidad satisfacen la necesidad
enfermiza de un monopolio interactivo que, como si fuese una secta de vampiros,
se alimentan de la sangre de los más ingenuos y recluta esclavos hiperactivos de las
formas más
nefastas jamás
contempladas.
El concepto de artista sigue
existiendo y será
inderrumbable a lo largo de toda la historia de la humanidad. Es aquél que produce un arte, que lo
tiene a él
como autor intelectual y material de la obra. Pero la noción de obra de arte se perdió abundantemente desde la aparición de la industria cultural.
Una pieza puede ser definida como obra de arte sólo si mantiene intacto su vigor y su originalidad.
Pero la industria cultural se encargó taxativamente de destruir por completo eso a partir
de la réplica
y la copia, y las vanguardias no se molestaron en restituir el término y defender lo que
siempre les perteneció.
Me atrevo a afirmar que
YouTube superó
masivamente a la televisión. Ya no debemos romper los televisores, como
sugirieron varios comunicadores, sino debemos deshacernos de los procesadores y
los monitores por ser considerados culturalmente obsoletos. Y aun así, la industria cultural mutaría y se materializaría en otras expresiones artísticas para seguir gobernando
el terreno capitalista y consumista.
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