Entrevista
Willy Quiroga: “El problema que se
nos presenta a nosotros en un recital es decidir qué tema no vamos a tocar”
Cantante, bajista
y compositor de Vox Dei, habló de todo un poco. Refirió sobre el anterior y el
actual momento que atraviesa la banda; sobre sus orígenes; su relación con la
música y sus compromisos, en una conversación reveladora

¿Cómo nació su pasión
e interés por la música? Usted comenzó de muy joven
En realidad, no se
sabe muy bien cuándo comenzó. Yo creo que fue cuando estaba la radio todo el
día encendida en mi casa. Se escuchaba permanentemente y a toda hora. Era una
compañía más, una persona más, un integrante de la familia. Y empecé a imitar a
los que sonaban por ese entonces: Bill Halley y Elvis Presley. Agarraba y los
imitaba, ¿viste? Cosas de pibe. También anterior a todo esto, oía tango y
folclore, que por ésa época estaban muy de moda. Fue un período de transición
muy importante para estos dos géneros, que todavía hoy los escucho y me
apasionan. A los 12 años comencé a seguir a Los Plateros, que era un conjunto vocal,
me volvía loco escucharlos. Y a los 17 me compré mi primera guitarra. Se la
adquirí a un pobre hombre pasado de copas, que la maltrataba, la golpeaba… Y un
día me animé y le dije: “La va a romper. Yo se la compro, si usted no se
ofende. Quiero aprender a tocar. ¿Cuánto quiere?”, y me respondió que se
conformaba con comprarse una botella de vino. Uno no sabe qué pequeñas o
grandes cosas te van a llevar a ciertos lugares. Nunca imaginé que ésta
transacción me iba a traer hasta acá, 59 años después. Con Vox Dei me inicié a
los 27, diez años después. No considero
mi vida sin la música. Por eso digo que es difícil decir cuándo comencé con
esto.
Además agregó en una misma línea de opinión que cuando ya
estaban instituidos como Vox Dei, allegados y amigos lo indagaron sobre dónde
había estudiado canto, y respondió contundente y sincero que nunca tomó clases.
A su vez añadió: “Yo me considero autodidacta. Tengo buena memoria, además. A
mí me enseñaron dos o tres tonos con la guitarra y ahí enseguida con unos
amigos formamos un conjunto folclórico, en el que cantábamos a cuatro voces,
que es algo muy lindo la interpretación a voces diferentes. Pero, la realidad
es que no sé de dónde nació el afán de dedicarme a la música. Yo pienso que
algo genético debe haber, sino no se explica”
¿Qué diferencias
percibe entre el Vox Dei de antes, que trazó toda una historia importante, y el
de ahora?
Yo no le quito mérito al anterior porque fue fundacional y fue una
banda que, junto a Almendra, Manal y Los Gatos marcó una historia asociada a la
identidad propia de cada conjunto.
Ninguna de estas bandas que nombré se parecen en nada. Y después vino Arco
Iris, que tampoco se asemejó en nada a nosotros. Apareció Sui Géneris más
tarde, también con lo suyo. En cuanto a hoy… Nosotros teníamos en los sesenta
conocimientos sobre música muy rudimentarios. Hoy tales conocimientos son
preparaciones. Tenemos otras formas de resolver muchas cosas. Antes ésa
posibilidad era muy limitada; son cosas que el tiempo te va enseñando y vos vas
aprendiendo, y está muy bueno eso. Después, el sonido que practicamos en el
presente se ajusta a éste tiempo, es muy actual. Es una eufonía de una banda
vigente. Y hay otras cuestiones que están referidas directamente a los
integrantes. Por ejemplo, nosotros con Gardellini estamos desde el año 92. Y
Simón no ha estado siempre, porque estaba Rubén Basanto en la batería, pero
cuando él necesitaba alguien que lo reemplazara porque iba a cantar, lo llamaba
a Simón. Después tocó con Lerner y con varios más, pero es como si no se
hubiese ido. Lo importante en un
conjunto es la permanencia, y creo que ésta es la razón por la que la gente
insiste en querer seguir escuchándonos. El público quiere escucharnos y quiere
escuchar las canciones clásicas, siempre. Eso es lo que la audiencia espera de
nosotros y es lo que va a encontrar. Y va a encontrar, además, a una banda
súper activa. Se van a divertir mucho y nosotros también nos divertimos y la
pasamos bien, porque cuando el público es feliz nosotros somos felices. Si nos mantenemos hace 49 años, es por la
gente.
¿Cómo vivió la
experiencia de festejar los 30 años de la banda, en 1997, junto a grandes
artistas como Andrés Calamaro y Alejandro Lerner, por ejemplo?
Fue interesante. En
ése show grabamos por tercera vez La biblia. Es un disco que tiene cuatro
ediciones. Y ésa vez fue especial porque tocamos junto a Calamaro y a Fito Páez
también. Estábamos grabando y Alejandro (Lerner) pasaba y miraba, pasaba y
miraba, se hacía el distraído y miraba. Y lo paré y me acuerdo que le pregunté:
“¿Vas a venir a tocar?” y él me respondió que nunca más lo invité. Entonces,
ahí surgió, puso sus teclados, su profesionalidad y sobre todo, su entusiasmo. Lo de Calamaro fue una genialidad porque
cuando en un medio le preguntaron sobre la experiencia de tocar junto a
nosotros, él contestó: “Es como si me hubiese preparado toda la vida para tocar
junto a Vox Dei”. Es un groso. Y Fito también. Cuando le propusimos la
idea, la aceptó de muy buen gusto y hasta nos facilitó su estudio. Grabamos en
el estudio de grabación de él, y estaba re contento. La biblia es un álbum que
nos ha dado millones de satisfacciones. Está la versión de Soda Stereo, la del
Unplugged, y que yo sé que la tocaron en varios lados más. Tal es así que, por
ejemplo, que en México la gente se
pensaba que ése era un tema de ellos. Después de enteraron por los mismos
integrantes, por Cerati o por Zeta Bossio, que era un tema nuestro. Y así nos
buscaron y muchos nos empezaron a seguir. Y Soda logró otra cosa muy importante: aparentemente, MTV no tenía ni el
mínimo interés en Vox Dei. Sin embargo y gracias a ellos entramos a MTV.
¿Cuál es su opinión
respecto de las bandas actuales?
De ahora, escucho
varias porque hay muchas que son buenas. Yo trato de ser claro en este punto:
cuando nosotros empezamos, como no había un parámetro que nos midiera, cada uno
agarró para un lado diferente. Nosotros tomamos una dirección; Almendra otra, y
Maral otra completamente distinta. Y era fácil tener un rostro propio. Hoy en día es muy difícil que una banda
se pueda destacar, porque hay una diversidad impensada de bandas, y
desgraciadamente hay muchas que hacen imitación barata de otras populares.
Cuando me piden consejos, yo le recomiendo que busquen una identidad propia,
porque si no lo hacen pierden el tiempo. Podrán tocar pero nunca van a
trascender. Eso es lo que pasa: hay tantas bandas que suenan igual, que hasta
yo me confundo. Pienso que es una y en realidad nada que ver. Lo importante es
que el movimiento del rock se hizo fuerte, que hay muchas bandas, que resistió
el paso del tiempo y nunca se cayó.
¿Por qué cree usted
que el movimiento del rock se hizo tan fuerte en Argentina y se mantiene vivo?
Porque en su momento
fue revolucionario, fue lo que le cambió el rostro al país. Antes de que
apareciese el rock era todo gris: las mujeres no podían usar jeans ni fumar en
la calle porque la tomaban como una chica ligera. Entonces el rock fue modificando
notablemente todo eso. Hoy un chico está colgando con un candado en la oreja y
es lo más natural del mundo. En aquéllas épocas estas cosas no existían. Pero se
lograron porque el rock luchó por ésas libertades y derechos. Ahora hay que ver
cómo se usa todo eso: si hacés apología o si realmente producís un tema que
hable de paz, amor, del medio ambiente, que reflexione sobre cuestiones que nos
afectan a todos… Pero es como todo, ¿no?
¿Qué se va a escuchar
en el nuevo disco que están preparando y cómo viene la agenda para lo que resta
del año?
Se va a escuchar lo
nuevo que estamos pensando en estos momentos, todo lo que nos motiva y nos pasa
en estos días. Pero no va a estar muy lejos de todo lo que nosotros cavilamos. Son
canciones de esperanza, principalmente, porque sabemos que el mundo lo cuidan
poco y si no lo cuidamos nosotros, que es nuestra casa, estamos sonados. Ahora se
viene un show en La Trastienda y estamos preparando lo que prepara cualquier
banda que tiene 49 años de trayectoria. La gente espera que toquemos todos nuestros
éxitos y clásicos, y vamos a hacer eso. Pero
el problema que se nos presenta a nosotros en un recital es decidir qué temas
no vamos a tocar porque tenemos muchos y la gente los quiere escuchar todos.
Sacando las cuatro grabaciones de La biblia, tenemos quince o dieciséis
álbumes, lo que implica ciento y pico de canciones. Entonces es complicado
definir cuál vas a dejar afuera. Y más allá de eso, estamos tocando todos los
fines de semana, siempre en diferentes lugares. Tenemos un 2016, afortunadamente,
muy cargado, y eso nos pone muy contentos.
Además el artista opinó sobre Gustavo Cerati y otros íconos del rock nacional. Enterate qué dijo clickeando el siguiente archivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario