viernes, 27 de mayo de 2016

Emilio Disi se presentó en el BA Comic y habló de todo, en una rueda de prensa abierta, por Gabriel Zas


Emilio Disi
“En el gremio de los actores la desocupación llega al 90%”
Actor, comediante y director teatral, habló sobre sus comienzos en la profesión; del secreto detrás del éxito, y hasta de sus exigencias, en una rueda de prensa abierta.
 
El centro cultural Borges es uno de los más importantes que contempla el Microcentro porteño, cuyo edificio abarca tres pisos. Está anclado en el corazón de las galerías Pacífico (Florida y Córdoba), con entrada propia sobre Viamonte (la dirección exacta es 525). Tras cruzar la puerta de ingreso, inmediatamente el visitante se topa con dos escaleras mecánicas y dos fijas. El primer piso está compuesto por un patio, que tiene una amplia vista panorámica hacia los salones de los corredores que, a su vez, conforma una división entre las dos salas principales. La antecámara de la izquierda dispone de un auditorio llamado Astor Piazzola. Allí tuvo lugar la conferencia de prensa del señor Emilio Alberto Parada (más conocido como Emilio Disi), en el marco de la exposición “Ba Comic” en su segunda edición del corriente año (la anterior fue en abril). La gente estaba citada para las 17, pero muchos colmaron el espacio hasta con media hora de antelación.
            Cuando el reloj marcó las 17:05, el presentador estimuló al invitado a apersonarse. En el momento en que su presencia invadió el escenario, las ovaciones resonaron en la sala y en todo el centro cultural. El recinto explotaba de gritos y aclamaciones hacia el señor Disi. Después de recibir los saludos formales de pie y agradecer a colación, cortésmente tomó asiento. Estaba tranquilo, pero emocionado, a la vez. Se mostró cálidamente afectuoso y amable durante la hora entera que duró el coloquio.
            La primera pregunta del interlocutor fue dirigida hacia sus comienzos. El señor Emilio Disi confesó que trabajó por varios años en el banco Hipotecario, al que renunció para salir a buscar trabajo como actor. Pero no estaba solo. Según sus propias palabras, su compañero de oficina era Ulíses Dumont, de quien sostuvo que “fue el más grande actor que hubo en Argentina”, y ambos salieron a buscar empleo de lo mismo, ya que los dos sentían la misma pasión y adrenalina por la actuación. El primer emprendimiento que afrontaron juntos fue como bailarines, “después de cuatro años de Conservatorio. Pero todo laburo que había, lo agarrábamos porque sino me echaban de mi casa”, explicó entre risas al rememorar la postura que defendían en su hogar. En la misma declaración, contó que antes era más fácil encontrar trabajo como actor, tras lo que reveló que, desde su opinión personal, “los tipos de mi generación te van a decir que actores eran los de antes. Mentira. Actores buenos y talentosos los hay ahora”.“Actores de veinte, veinte tantos años, los encontrás hoy a la vuelta de la esquina, con un talento enorme. Es mucho más sencillo ahora. Tanta es la gente que se dedica a la actuación, que en el gremio de los actores la desocupación llega al 90%. Y alcanza ese porcentaje gracias a que muchos elencos están de gira por el país y en el exterior, sino sería catastrófico”. Asimismo, criticó y se lamentó a la vez, que actualmente no existen, en la televisión argentina, programas cómicos, tras lo que en una misma oración destacó que “el 98% de la programación es extranjera, no hay producción nacional”. Según sus propias declaraciones,  justificó que esto se debe a una cuestión económica. Sostuvo que un unitario no rinde igual que una tira semanal, es decir, sale caro en relación a lo que se recupera.
            También, se refirió sobre su experiencia en la tira cómica “Rompeportones”, en correlación al tema anterior. Señaló que en Argentina no alcanzó el éxito deseado pero que, sin embargo, en el 2012 fue vendida a Estados Unidos, a donde fueron a grabar algunos capítulos y, a partir de entonces, fue vendida y distribuida a otros doce países. “Allá es otra industria, todo funciona de una manera diferente. El problema acá es que no hay oficinas de venta al exterior. Por eso los unitarios pierden plata, y si disipan, el proyecto no lo concretan.”
 
            El actor admitió que su otra pasión es el fútbol. Confesó orgullosamente, que jugó hasta los 15 años, en donde se desempeñó en dos clubes importantes: Racing y Huracán. Pero abandonó porque supo que su verdadero destino era la actuación. Se presentó en el Conservatorio Nacional pero lo rechazaron porque no cumplía con el requisito de tener el secundario completo. “Mirá cuán grande son la fuerza de voluntad y las ganas, que en un año di tercero, cuarto y quinto libre, y a los dieciséis entré en el Conservatorio”. Recordó también que “le dije a mi hermano, Pepe Parada (el representante número uno en ese momento) que quería ser actor y él me respondió que la única forma de llegar era con el estudio. Cuando me recibí, me dijo que iba a ser mi representante y acepté: dos días duramos, nada más.”
            Al ser consultado sobre porqué se apellidó Disi, el señor Emilio explicó que, como él era el hermano menor de Pepe Parada, entonces en el ambiente artístico lo identificaban como “Paradita”, apelativo que a él lo molestó enormemente, por lo que le aclaró a su pariente sus intenciones de modificarse el apellido: “[…] abrimos la guía telefónica y el que salía, salía. Así qué, puse el dedo al azar y salió óptica Disi. Ahí quedó.”
 
            Otro de los tópicos que trascendió en la disertación fue sus éxitos cinematográficos, entre los que acentuó Los bañeros más locos del mundo, en sus dos secuelas; Brigada explosiva y Los exterminators (sólo los primeros dos films, ya que se distanció de la tercera y cuarta parte por razones económicas), y excluyó, sorpresivamente para el público presente,  Humo de marihuana, que fue la película que lo lanzó a la fama y reconoció que “fue lo peor que hice. Era un drama pero parecía una comedia. Se hizo en 1968, cuando esa droga aún era desconocida en Argentina”
            Respecto al modo de elaborar los guiones cinematográficos, el humorista resaltó que su parte escénica indicaba “Emilio hace una de las suyas” o expresiones similares.  Además, añadió que “para todas las películas me encerraba un mes antes y agregaba gags, chistes…”, y recordó anecdóticamente que “a Francella le preguntaba qué le parecía tal o cual chasco y él me respondía con un gruñido hostil (prorrumpió la onomatopeya correspondiente). Claramente, no aprobaba mis ideas, hasta que en una ocasión inventé una bola de nieve (en teatro y cine, es una idea pequeña que se expande a lo largo de un periodo, y cobra forma y color propios), que es la escena del casino (en referencia a Bañeros 2) y Guillermo (por Francella) me retrucó que no le gustaba y a mí me importó nada (se oyeron risas de la audiencia) y la hizo igual: fue la escena más graciosa de toda la película. ¿Se disculpó? Para nada. Solamente atinó a pronunciar que el acto estaba bien.”
 
P: ¿Por qué piensa que, tanto Exterminators como Los bañeros, fueron películas tan exitosas?
R: Porque improvisábamos, pienso yo, y la gente lo nota eso. Fue gracias a Gino Renni, Paquito Fernández de Rosa, Berugo Carámbula, Guillermo Francella y a mí, que se nos ocurrían cosas en el set de filmación. Exponíamos abiertamente una sugerencia y la elegíamos por mayoría. Votábamos cuál resultaba ser mejor. También era increíble el tipo de humor que aportaba Berugo Carámbula, unas ideas muy intelectuales; Fernández de Rosa, una variedad de ocurrencia más técnica; y así, cada uno contribuía con algo diferente y salían cosas sumamente interesantes.
 
P: ¿Por qué no hizo ni la tercera ni la cuarta entrega de Exterminators?
R: Para empezar, esa saga la sacamos de la galera porque el director quería realizar otra más de Bañeros, y Francella y yo dijimos “Basta”. Nos tomamos alrededor de un año y medio de descanso, y al regreso nos preguntamos qué hacemos. Por esos días estaba en cartelera un éxito fenomenal procedente de Estados Unidos, que era Terminator. La tomamos de referencia. Cuando pensamos cómo íbamos a estructurarla, consideramos el uso de efectos especiales, que era una cuestión que nunca habíamos tratado y quisimos incorporarlos en escenas de acción, pelea, etc. Así la idea tomó forma de a poco y el resultado final fue un golazo.
            En concreto, las últimas dos no las hice porque me enojé. En el cine, vos arreglás un caché determinado y después tenés diferentes variables: a público que va, a ganancia, lo que te da el instituto, entre otras más. El problema es que cuando vas a cobrar, te encontrás con que te descuentan de las utilidades hasta el papel higiénico y terminás por cobrar $2,40. En definitiva, el dinero se lo llevan los demás. Entonces le dije al director que, o arreglaba y me pagaba lo que me correspondía o no la hacía, y me respondió: “Bueno, no la hagas”. Y así fue.
 
Entre sus films más añorados, se destacan: “El telo y la tele”, “Las locuras del extraterrestre”, “Los pilotos más locos del mundo”, “Todas las azafatas van al cielo” y “Brigada explosiva”. También participó de Bañeros 3 y 4, en las que compartió pantalla con Fredy Villareal, Pachu Peña y Pablo Granados.
En televisión, se lo recuerda por sus protagónicos en: “Alta comedia”, “Brigada cola”, “Rompeportones”, “Petardos” y “Susana Giménez”. Además, en 2005 volvió a trabajar con Guillermo Francella en la sitcom “Casados con hijos”, cuyo personaje era Tito, un acérrimo contrincante barrial de Pepe Argento (Francella). Apareció sólo en dos capítulos.
            El señor Emilio Disi es uno de los grandes actores que nos regaló nuestro país. Su inigualable carisma, su remarcado sentido del humor, su intachable trayectoria, su candente personalidad y su estilo, son marcas registradas que le permiten a miles de generaciones conocerlo y ser tomado, a su vez, como referencia por otros profesionales de la actuación.

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