La ruta del dinero... ¿M?
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Foto: Cuba Debate |
Se conoció hace algunos días atrás
que la AFA va a rescindir a fin de año el contrato de Fútbol para Todos con el
Gobierno, en el que ambos organismos estaban vinculados para solventar
financieramente las transmisiones abiertas de los partidos de Primera División.
La decisión fue tomada de forma unánime por los representantes de la
institución futbolera y aceptada en buenos términos por el Gobierno de
Cambiemos a raíz del escaso rédito que generaba la operación. Ahora, con la
creación de la Superliga, las televisaciones vuelven a las arcas privadas y serán
capitalizadas por entidades del sector privativo, como se hizo siempre hasta la
firma del convenio, que promovió la comisión de la expresidente Cristina
Fernández entre 2008 y 2009. Esto provocó un malestar social inconmensurable porque
la gente entendía que el fútbol estaba por encima del resto de las cosas, y que
la medida era implementada para que las personas se idiotizaran con las competencias
y así se desviaran de los temas realmente importantes que sacudían al país. Y
es cierto, ¿no? Con las noticias de deportes, espectáculos y algún hecho
policial incongruente ocupando las tapas de los principales medios masivos
nacionales, el caos quedaba perfectamente disfrazado para una sociedad
intelectualmente ciega. O al menos ésa era la intención. Pero nunca fuimos
ciegos y desde hace un prolongado período de tiempo estamos más despiertos que
nunca, porque alguien alguna vez nos dio una cachetada y nos dijo: “Los están
cagando, avívense”.
Inmediatamente, la primera
pregunta que se nos viene a la mente es: ¿en qué se va a invertir ése dinero
ahora? Ya que no se le van a realizar más transferencias a la AFA, entonces a
dónde va a ir destinada toda esa suma. El Presidente de la Nación, Mauricio
Macri, manifestó vía Twitter, prontamente después de que se tomó conocimiento
público del medio, que las prioridades emergentes se suscitaban en materia de
salud y educación. El Gobierno anterior no se hizo cargo de estas falencias que
son una turbulencia en crecida en nuestra sociedad desde hace muchos años. Esto
no es una innovación implantada en el siglo XXI, sino que es algo que los
gobiernos entrantes vienen arrastrando de gestiones anteriores, porque todos
los mandatos, sin excepción, privilegian sus intereses por sobre las
necesidades básicas de la población. Chaco, Santiago del Estero, Corrientes,
Jujuy y Formosa son las principales provincias afectadas en virtud de tales
demandas: no reciben la educación adecuada, faltan recursos; algunos chicos, y
maestros inclusive, tienen que ir a pie al colegio o viajar a dedo; a muchas
familias inmersas en un estado de pobreza deplorable les falta un plato de
comida y a la larga la pagan sus hijos, porque fallecen por desnutrición; y la
lista podría seguir. El Gobierno K no se preocupó en absoluto sobre éstas discutas,
y hasta ahora, el actual mandato, tampoco.
Perdóneme, pero no le creo a
ningún político (llámese Macri, Vidal, Massa, Carrió, Kirchner, Menem) cuando
dicen que se van a ocupar de todas éstas cosas con el dinero público. No puedo
creerles, porque con todas las barbaries que arremetieron en contra de quienes
se suponen que tiene que cuidar y proteger, hacen que nos les crea ni una sola
palabra.
¿Hay que esperar a fin de año para
ocuparse debidamente sobre el tema? No. Los argentinos pagamos una cantidad
exuberante de impuestos, tanto en Capital como en Provincia. Hay dinero más que
suficiente para destinar a ayudar a los
más carenciados y afectados.
¿Necesitamos un Metrobús? No. Precisamos
más escuelas, más hospitales y más profesionales en ambas áreas. Requerimos más
planes para erradicar de a poco la pobreza e incorporar a más chicos y adultos
al mundo real y a un futuro elocuente y promisorio. Y ya que entramos en el
terreno vial, no necesitamos oficiales de tránsito en esquinas donde los
semáforos funcionan perfectamente y la gente puede cruzar sin inconvenientes.
Tampoco nos hace falta que estén en espacios de obras públicas que enaltecen la
concentración vehicular, porque además operan de forma ineficiente y en vez de
atenuar la congestión vehicular, la acrecientan arduamente, y en consecuencia,
afectan de manera directa a la circulación peatonal. Se necesitan más semáforos
en las esquinas comprometidas, más agentes viales y capaces, además, en calles
de cruce peligroso. Si hubiesen más
semáforos, habría muchas menos muertes por día y por año. Ocuparse de estas
cosas también es ocuparse de la gente en otro aspecto serio y responder a su
resguardo.
Señores políticos: usen el dinero
conscientemente y a favor del pueblo. Si quieren darse algún gusto personal,
háganlo, no están privados de hacerlo. Pero por favor, con su dinero, si no es
mucho pedir. Y todo éste caudal que ingresa y que ingresará a partir de enero
de 2017, estimo, adminístrenlo en sacar al país del pozo en el que ustedes
mismos nos metieron. Gracias.
Tinelli
y Macri
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Foto: Infobae |
Se habló demasiado estos días del
encuentro en Olivos entre Marcelo Tinelli y Mauricio Macri. El conductor de
Showmatch criticó al mandatario por el tarifazo y sus dichos al respecto, y el
Presidente lo embistió por su imitación en Gran Cuñado, a cargo de Fredy
Villareal. Y la verdad, hacer un telenovela de eso, es boludearnos a miles de
argentinos que quedamos en el medio. Un presidente haciendo éstas cosas no es
serio, nos ridiculiza como país y como Nación. Hacen un
espectáculo mediático de algo que no lo vale. Y avalo, férreamente, la
opinión que expresó al respecto Santigo del Moro en su programa Intratables: “‘Si
me das lo que yo quiero está todo bien y si no me lo das te tuiteo, te pongo el
cómico'... Eso es extorsión. Y el mensaje que está bajando para todos los que
venimos atrás es que en esta vida, para que te vaya bien, tenés que extorsionar”.
Se habló mucho de la persecución de
Macri a Tinelli, del bombardeo intenso que le propinó a través de Twitter, que
después desde la Casa de Gobierno, desmintieron. Y toda la gente está ataviada
dentro de la misma cápsula digital inclinándose para un costado o para el otro,
y no se dan cuenta de que entramos en el juego que ambos plantearon. Porque realmente,
la aparente pelea entre ellos, no fue real, sino que nos vendieron una ficción y
nosotros la compramos. ¿Con qué objetivo? Del lado de Mauricio Macri, con la
idea de alejar nuestras mentes de los problemas que nos afligen, la misma razón
que mencioné en los primeros párrafos del artículo. ¿Se dan cuenta que
compramos cualquier basura barata? Y lamentablemente, eso es algo que no vamos
a cambiar nunca porque es nuestro sello, nuestra impronta, porque es una parte
infalible de nuestra idiosincrasia.
¿Pero, del lado de Marcelo
Tinelli? Una de las supuestas consecuencias que sufrió el conductor de ésta
diferencia con el jefe de Estado fue que lo bajó de la candidatura para
presidir la AFA. Y no es algo que digo yo, sino que reflejaron muchos medios en
las últimas semanas. Y yo lo apoyo, pero lo argumento desde otra perspectiva
muy disímil: restarle poder
para que sea candidato a presidente de la Nación dentro de unos años. Mauricio Macri legisló Boca
Juniors para ganar experiencia para lograr en un futuro dirigir a todo un país.
Primero alcanzó dos veces consecutivas la jefatura porteña y actualmente
cumplió su cometido, pese a que hay muchas cosas que está haciendo mal, como
así también hay otras que hace bien, no lo discuto; aunque no estemos viviendo
en un paraíso y estemos mal en varios aspectos. Y ése, a mi entender, es el
mismo juego que hace Tinelli. Pero, a diferencia de Macri, él aspira a cargos
más altos porque su sed de ambición es insaciable. Dirigir la AFA es más
importante que llevar adelante la dirección de un club. Y Mauricio Macri, en
ése sentido, entiendo que se puso celoso. Ambos comparten una ideología muy cercana,
pero a Tinelli le gusta ir un paso más adelante y Macri eso no lo tolera. Tinelli
ejecuta el mismo juego que Mauricio Macri porque lo ve como su mentor, como un
ejemplo a seguir y porque piensa y se
dice a sí mismo: “Si a él le dio resultado, ¿por qué no me va a resultar a mí?”,
y lo lleva a cabo con sus reglas y sus exigencias personales. Pero el tema es
hasta dónde Macri va a ser su amigo y su aliado, y la respuesta a ésta pregunta
reside en los puntos de los que hablaron durante el encuentro del miércoles
pasado. ¿Será por eso que se mantuvo en secreto y no trascendió nada en
relación a eso?