viernes, 29 de julio de 2016

La ruta del dinero... ¿M? (opinión), por Gabriel Zas


                                                   La ruta del dinero... ¿M? 

Foto: Cuba Debate


Se conoció hace algunos días atrás que la AFA va a rescindir a fin de año el contrato de Fútbol para Todos con el Gobierno, en el que ambos organismos estaban vinculados para solventar financieramente las transmisiones abiertas de los partidos de Primera División. La decisión fue tomada de forma unánime por los representantes de la institución futbolera y aceptada en buenos términos por el Gobierno de Cambiemos a raíz del escaso rédito que generaba la operación. Ahora, con la creación de la Superliga, las televisaciones vuelven a las arcas privadas y serán capitalizadas por entidades del sector privativo, como se hizo siempre hasta la firma del convenio, que promovió la comisión de la expresidente Cristina Fernández entre 2008 y 2009. Esto provocó un malestar social inconmensurable porque la gente entendía que el fútbol estaba por encima del resto de las cosas, y que la medida era implementada para que las personas se idiotizaran con las competencias y así se desviaran de los temas realmente importantes que sacudían al país. Y es cierto, ¿no? Con las noticias de deportes, espectáculos y algún hecho policial incongruente ocupando las tapas de los principales medios masivos nacionales, el caos quedaba perfectamente disfrazado para una sociedad intelectualmente ciega. O al menos ésa era la intención. Pero nunca fuimos ciegos y desde hace un prolongado período de tiempo estamos más despiertos que nunca, porque alguien alguna vez nos dio una cachetada y nos dijo: “Los están cagando, avívense”.
Inmediatamente, la primera pregunta que se nos viene a la mente es: ¿en qué se va a invertir ése dinero ahora? Ya que no se le van a realizar más transferencias a la AFA, entonces a dónde va a ir destinada toda esa suma. El Presidente de la Nación, Mauricio Macri, manifestó vía Twitter, prontamente después de que se tomó conocimiento público del medio, que las prioridades emergentes se suscitaban en materia de salud y educación. El Gobierno anterior no se hizo cargo de estas falencias que son una turbulencia en crecida en nuestra sociedad desde hace muchos años. Esto no es una innovación implantada en el siglo XXI, sino que es algo que los gobiernos entrantes vienen arrastrando de gestiones anteriores, porque todos los mandatos, sin excepción, privilegian sus intereses por sobre las necesidades básicas de la población. Chaco, Santiago del Estero, Corrientes, Jujuy y Formosa son las principales provincias afectadas en virtud de tales demandas: no reciben la educación adecuada, faltan recursos; algunos chicos, y maestros inclusive, tienen que ir a pie al colegio o viajar a dedo; a muchas familias inmersas en un estado de pobreza deplorable les falta un plato de comida y a la larga la pagan sus hijos, porque fallecen por desnutrición; y la lista podría seguir. El Gobierno K no se preocupó en absoluto sobre éstas discutas, y hasta ahora, el actual mandato, tampoco.
Perdóneme, pero no le creo a ningún político (llámese Macri, Vidal, Massa, Carrió, Kirchner, Menem) cuando dicen que se van a ocupar de todas éstas cosas con el dinero público. No puedo creerles, porque con todas las barbaries que arremetieron en contra de quienes se suponen que tiene que cuidar y proteger, hacen que nos les crea ni una sola palabra.
¿Hay que esperar a fin de año para ocuparse debidamente sobre el tema? No. Los argentinos pagamos una cantidad exuberante de impuestos, tanto en Capital como en Provincia. Hay dinero más que suficiente para destinar  a ayudar a los más carenciados y afectados.
¿Necesitamos un Metrobús? No. Precisamos más escuelas, más hospitales y más profesionales en ambas áreas. Requerimos más planes para erradicar de a poco la pobreza e incorporar a más chicos y adultos al mundo real y a un futuro elocuente y promisorio. Y ya que entramos en el terreno vial, no necesitamos oficiales de tránsito en esquinas donde los semáforos funcionan perfectamente y la gente puede cruzar sin inconvenientes. Tampoco nos hace falta que estén en espacios de obras públicas que enaltecen la concentración vehicular, porque además operan de forma ineficiente y en vez de atenuar la congestión vehicular, la acrecientan arduamente, y en consecuencia, afectan de manera directa a la circulación peatonal. Se necesitan más semáforos en las esquinas comprometidas, más agentes viales y capaces, además, en calles de cruce peligroso.  Si hubiesen más semáforos, habría muchas menos muertes por día y por año. Ocuparse de estas cosas también es ocuparse de la gente en otro aspecto serio y responder a su resguardo.
Señores políticos: usen el dinero conscientemente y a favor del pueblo. Si quieren darse algún gusto personal, háganlo, no están privados de hacerlo. Pero por favor, con su dinero, si no es mucho pedir. Y todo éste caudal que ingresa y que ingresará a partir de enero de 2017, estimo, adminístrenlo en sacar al país del pozo en el que ustedes mismos nos metieron. Gracias.


Tinelli y Macri

Foto: Infobae


Se habló demasiado estos días del encuentro en Olivos entre Marcelo Tinelli y Mauricio Macri. El conductor de Showmatch criticó al mandatario por el tarifazo y sus dichos al respecto, y el Presidente lo embistió por su imitación en Gran Cuñado, a cargo de Fredy Villareal. Y la verdad, hacer un telenovela de eso, es boludearnos a miles de argentinos que quedamos en el medio. Un presidente haciendo éstas cosas no es serio, nos ridiculiza como país y como Nación.  Hacen un  espectáculo mediático de algo que no lo vale. Y avalo, férreamente, la opinión que expresó al respecto Santigo del Moro en su programa Intratables: “‘Si me das lo que yo quiero está todo bien y si no me lo das te tuiteo, te pongo el cómico'... Eso es extorsión. Y el mensaje que está bajando para todos los que venimos atrás es que en esta vida, para que te vaya bien, tenés que extorsionar”.  Se habló mucho de la persecución de Macri a Tinelli, del bombardeo intenso que le propinó a través de Twitter, que después desde la Casa de Gobierno, desmintieron. Y toda la gente está ataviada dentro de la misma cápsula digital inclinándose para un costado o para el otro, y no se dan cuenta de que entramos en el juego que ambos plantearon. Porque realmente, la aparente pelea entre ellos, no fue real, sino que nos vendieron una ficción y nosotros la compramos. ¿Con qué objetivo? Del lado de Mauricio Macri, con la idea de alejar nuestras mentes de los problemas que nos afligen, la misma razón que mencioné en los primeros párrafos del artículo. ¿Se dan cuenta que compramos cualquier basura barata? Y lamentablemente, eso es algo que no vamos a cambiar nunca porque es nuestro sello, nuestra impronta, porque es una parte infalible de nuestra idiosincrasia.

¿Pero, del lado de Marcelo Tinelli? Una de las supuestas consecuencias que sufrió el conductor de ésta diferencia con el jefe de Estado fue que lo bajó de la candidatura para presidir la AFA. Y no es algo que digo yo, sino que reflejaron muchos medios en las últimas semanas. Y yo lo apoyo, pero lo argumento desde otra perspectiva muy disímil: restarle poder para que sea candidato a presidente de la Nación dentro de unos añosMauricio Macri legisló Boca Juniors para ganar experiencia para lograr en un futuro dirigir a todo un país. Primero alcanzó dos veces consecutivas la jefatura porteña y actualmente cumplió su cometido, pese a que hay muchas cosas que está haciendo mal, como así también hay otras que hace bien, no lo discuto; aunque no estemos viviendo en un paraíso y estemos mal en varios aspectos. Y ése, a mi entender, es el mismo juego que hace Tinelli. Pero, a diferencia de Macri, él aspira a cargos más altos porque su sed de ambición es insaciable. Dirigir la AFA es más importante que llevar adelante la dirección de un club. Y Mauricio Macri, en ése sentido, entiendo que se puso celoso.  Ambos comparten una ideología muy cercana, pero a Tinelli le gusta ir un paso más adelante y Macri eso no lo tolera. Tinelli ejecuta el mismo juego que Mauricio Macri porque lo ve como su mentor, como un ejemplo a seguir  y porque piensa y se dice a sí mismo: “Si a él le dio resultado, ¿por qué no me va a resultar a mí?”, y lo lleva a cabo con sus reglas y sus exigencias personales. Pero el tema es hasta dónde Macri va a ser su amigo y su aliado, y la respuesta a ésta pregunta reside en los puntos de los que hablaron durante el encuentro del miércoles pasado. ¿Será por eso que se mantuvo en secreto y no trascendió nada en relación a eso?

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