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Foto: Punto Noticias |
La Casa de Tucumán, sede del Congreso
Todos saben que el Congreso que declaró el 9 de Julio de 1816 la Independencia de las Provincias Unidas en el Sud se realizó en la ciudad de San Miguel de Tucumán y que el lugar donde se produjo este trascendental hecho ha perdurado como monumento bajo el nombre de Casa Histórica.
Lo que no todos saben es por qué fue elegida San Miguel de Tucumán como sede del Congreso en el que deliberarían sobre el destino de nuestra patria los representantes de las mayorías de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
En 1815, tras la deposición de Alvear como Director Supremo ocurrida el 15 de abril de 1815, el director interino Ignacio Álvarez Thomas envió una circular a las provincias invitándolas a realizar la elección de diputados para un congreso general que se reuniría en Tucumán.
Pronto comenzaron a ser electos en las provincias los diputados que se reunirían en Tucumán para inaugurar un nuevo Congreso Constituyente. Entre las instrucciones que las provincias -no todas- daban a sus diputados, se encontraba la de “declarar la absoluta independencia de España y de sus reyes”.
Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes y la Banda Oriental decidieron no enviar representantes. Tampoco asistirían diputados de Paraguay. Algunos del Alto Perú no asistieron, pero sí lo hicieron los de las provincias de Chichas o Potosí, Charcas (Chuquisaca) y Mizque o Cochabamba
Paraguay ya era un territorio independiente de hecho, tanto de España como de las Provincias Unidas. En 1813, mediante un Congreso Nacional, había cambiado su nombre de Provincia del Paraguay al de República del Paraguay. El gobierno de José Gaspar Rodríguez de Francia, en quien se inspiró Roa Bastos para su novela "Yo el Supremo", no confiaba en Buenos Aires.
Por su parte, la Liga Federal, que bajo el liderazgo de Gervasio Artigas integraban las provincias del litoral, mantenía una situación de guerra de hecho con el gobierno central de Buenos Aires. Sólo la provincia de Córdoba -que también se consideraba miembro de la Liga, pero no estaba aún en guerra con el Directorio- envió sus representantes, todos ellos de clara inclinación hacia el federalismo.
El conflicto que mantenían la Liga Federal y Buenos Aires tuvo un capítulo previo al Congreso de Tucumán en la Asamblea del Año XIII. En esa ocasión, Artigas les dio una serie de instrucciones a sus diputados que consistían básicamente en lo siguiente: declaración de la Independencia, libertad civil y religiosa, organización política federativa, Estados autónomos y que Buenos Aires no fuese la sede del gobierno central.
La explicación más común sobre por qué Tucumán fue elegida como sede del Congreso de 1816 es de que esta provincia quedaba aproximadamente en el centro de la región que abarcaban las Provincias Unidas del Sud y que, además, estaba protegida por el Ejército del Norte que tenía aquí su cuartel general. Pero también se tuvo en cuenta la desconfianza que Buenos Aires despertaba en las provincias del interior y el hecho de que San Miguel de Tucumán era una ciudad que se encontraba muy lejos de la influencia de Artigas.
El historiador tucumano Carlos Páez de la Torre nos relata que los congresales empezaron a llegar en los últimos días de diciembre de 1815, “más que fatigados por los infernales caminos. La gran mayoría no había puesto jamás el pie en la ciudad en la que iban a deliberar. No había mucho que ver. El centro de todo era la plaza, nombre pomposo para un espacio abierto donde pastaban los animales”.
De la descripción que hace Páez de la Torre del Tucumán de la época se desprende que la ciudad tenía mucho de aldea todavía: “Al frente se alzaba el Cabildo, de dos plantas y ocho arcos sin torre. Las iglesias eran insignificantes, salvo San Francisco, erigida por la expulsada Compañía de Jesús. La chata edificación aparecía más o menos compacta en las pocas cuadras inmediatas a la plaza. Después se hacía salteada, para prácticamente desaparecer más allá de la ronda. Caballos y carruajes excavaban la superficie de las calles de tierra”.
También señala: “Raramente se veía una vereda de ladrillos ceñidos por tirantes de quebracho. Las diversiones públicas eran escasas. Además de las fiestas religiosas, que terminaban con bailes y juegos, sólo un par de mesas de billar y otras tantas canchas de bochas. La vida de la ciudad duraba lo que la luz del sol. Después, se trancaban las puertas y la familia comía a la luz de velas. Sólo algunos mozalbetes en tren de juerga se atrevían a caminar durante la noche”.
En esta ciudad el 9 de julio de 1816, a eso de las dos de la tarde, los diputados se pusieron de pie y aclamaron la Independencia de las Provincias Unidas en América del Sud de la dominación de los reyes de España y su metrópoli. Diez días más tarde se agregaría la frase “y de toda dominación extranjera”.
El mundo celebró a la par de Argentina
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Brasil y Francia conmemoraron los 200 años de la Independencia Argentina (foto: Minuto Uno) |
El Bicentenario de la Independencia se celebró en todo el país y principalmente en Tucumán, donde estuvo presente el presidente de la Nación,Mauricio Macri , y participaron casi todos los gobernadores, representantes de países de la región y el rey Juan Carlos de España.
Pero también tuvo mucha repercusiones alrededor del mundo. Según informó Cancillería, en todas las embajadas, consulados y demás representaciones de nuestro país alrededor del mundo se llevaron a cabo diversas celebraciones oficiales por el Bicentenario de nuestra independencia.
En un comunicado, la Cancillería argentina informó que 162 representaciones argentinas que abarcan los cinco continentes, las autoridades diplomáticas y el personal administrativo, junto a un grupo de compatriotas residentes en cada una de las ciudades, celebraron a la distancia y con gran emoción los 200 años de la independencia de nuestra Patria.
"En muchos lugares, además, se organizó una agenda de actividades culturales que, con gran adhesión del público, extendieron y ampliaron los festejos", agregaron.
El acta de declaración de la independencia
En la benemérita y muy digna Ciudad de San Miguel del Tucumán a nueve días del mes de julio de mil ochocientos dieciséis: terminada la sesión ordinaria, el Congreso de las Provincias Unidas continuó sus anteriores discusiones sobre el grande, augusto y sagrado, objeto de la independencia de los Pueblos que lo forman. Era universal, constante y decidido el clamor del territorio entero por su emancipación solemne del poder despótico de los reyes de España; los Representantes sin embargo consagraron a tan arduo asunto toda la profundidad de sus talentos, la rectitud de sus intenciones e interés que demanda la sanción de la suerte suya, Pueblos representados y posteridad; a su término fueron preguntados:
¿Si querían que las Provincias de la Unión fuesen una Nación libre e independiente de los reyes de España y su metrópoli? Aclamaron primero llenos del santo ardor de la justicia, y uno a uno reiteraron sucesivamente su un nime y espontáneo decidido voto por la independencia del País, fijando en su virtud la determinación siguiente:
Nos los Representantes de las Provincias Unidas en Sud América reunidos en Congreso General, invocando al Eterno que preside al universo, en el nombre y por la autoridad de los Pueblos que representamos, protestando al Cielo, a las naciones y hombres todos del globo la justicia que regla nuestros votos: declaramos solemnemente a la faz de la tierra, que es voluntad unámime e indubitable de estas Provincias romper los violentos vínculos que las ligaban a los Reyes de España, recuperar los derechos de que fueron despojadas, e investirse del alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli. Quedan en consecuencia de hecho y derecho con amplio y pleno poder para darse las formas que exija la justicia, e impere el cúmulo de sus actuales circunstancias. Todas y cada una de ellas así lo publican, declaran y ratifican, comprometiéndose por nuestro medio al cumplimiento y sostén de esta su voluntad, bajo del seguro y garantía de sus vidas, haberes y fama.
Comuníquese a quienes corresponda para su publicación y en obsequio del respeto que se debe a las naciones, detállense en un Manifiesto los gravísimos fundamentos impulsivos de esta solemne declaración.
Dada en la Sala de Sesiones, firmada de nuestra mano, sellada con el sello del Congreso y refrendada por nuestros Diputados Secretarios.
Francisco Narciso de Laprida, Diputado por San Juan, Presidente
Mariano Boedo, Vice Presidente, Diputado por Salta
Dr. Antonio Sáenz, Diputado por Buenos Aires
Dr. José Darragueira, Diputado por Buenos Aires
Fray Cayetano José Rodríguez, Diputado por Buenos Aires
Dr. Pedro Medrano, Diputado por Buenos Aires
Dr. Manuel Antonio Acevedo, Diputado por Catamarca
Dr. José Ignacio de Gorriti, Diputado por Salta
Dr. José Andrés Pacheco de Melo, Diputado por Chibchas
Dr. Teodoro Sánchez de Bustamante, Diputado por la Ciudad de Jujuy y su territorio
Eduardo Pérez Bulnes, Diputado por Córdoba
Tomás Godoy Cruz, Diputado por Mendoza
Dr. Pedro Miguel Aráoz, Diputado por la Capital del Tucumán
Dr. Esteban Agustín Gazcón, Diputado por la Provincia de Buenos Aires
Pedro Francisco de Uriarte, Diputado por Santiago del Estero
Pedro León Gallo, Diputado de Santiago del Estero
Pedro Ignacio Rivera, Diputado de Mizque
Dr. Mariano Sánchez de Loria, Diputado por Charcas
Dr. José Severo Malabia, Diputado por Charcas
Dr. Pedro Ignacio de Castro Barros, Diputado por La Rioja
Licenciado Gerónimo Salguero de Cabrera y Cabrera, Diputado por Córdoba
Dr. José Colombres, Diputado por Catamarca
Dr. José Ignacio Thames, Diputado por Tucumán
Fray Justo de Santa María de Oro, Diputado por San Juan
José Antonio Cabrera, Diputado por Córdoba
Dr. Juan Agustín Maza, Diputado por Mendoza
Tomás Manuel de Anchorena, Diputado de Buenos Aires
José Mariano Serrano, Diputado por Charcas, Secretario
Juan José Paso, Diputado por Buenos Aires, Secretario.
Mariano Boedo, Vice Presidente, Diputado por Salta
Dr. Antonio Sáenz, Diputado por Buenos Aires
Dr. José Darragueira, Diputado por Buenos Aires
Fray Cayetano José Rodríguez, Diputado por Buenos Aires
Dr. Pedro Medrano, Diputado por Buenos Aires
Dr. Manuel Antonio Acevedo, Diputado por Catamarca
Dr. José Ignacio de Gorriti, Diputado por Salta
Dr. José Andrés Pacheco de Melo, Diputado por Chibchas
Dr. Teodoro Sánchez de Bustamante, Diputado por la Ciudad de Jujuy y su territorio
Eduardo Pérez Bulnes, Diputado por Córdoba
Tomás Godoy Cruz, Diputado por Mendoza
Dr. Pedro Miguel Aráoz, Diputado por la Capital del Tucumán
Dr. Esteban Agustín Gazcón, Diputado por la Provincia de Buenos Aires
Pedro Francisco de Uriarte, Diputado por Santiago del Estero
Pedro León Gallo, Diputado de Santiago del Estero
Pedro Ignacio Rivera, Diputado de Mizque
Dr. Mariano Sánchez de Loria, Diputado por Charcas
Dr. José Severo Malabia, Diputado por Charcas
Dr. Pedro Ignacio de Castro Barros, Diputado por La Rioja
Licenciado Gerónimo Salguero de Cabrera y Cabrera, Diputado por Córdoba
Dr. José Colombres, Diputado por Catamarca
Dr. José Ignacio Thames, Diputado por Tucumán
Fray Justo de Santa María de Oro, Diputado por San Juan
José Antonio Cabrera, Diputado por Córdoba
Dr. Juan Agustín Maza, Diputado por Mendoza
Tomás Manuel de Anchorena, Diputado de Buenos Aires
José Mariano Serrano, Diputado por Charcas, Secretario
Juan José Paso, Diputado por Buenos Aires, Secretario.
Fuentes: La Nación, Bicentenario2016.gob.ar
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