Costumbres argentinas, hoy y siempre, de acá a la China
Los argentinos somos precursores de muchas tradiciones que se replican a lo largo y ancho de todo el mundo, y que quizás tenemos desconocimiento pleno de muchas de ellas. Como argentinos, nos genera una satisfacción muy grande que diversas costumbres nuestras sean adoptadas en otros países, claro, con la idiosincracia propia de dicho país, pero con la esencia argenta absolutamente intacta. Y aquéllos hábitos que resultan extraños para un extranjero. ¿Cuáles son ésas costumbres? Te vas a sorprender.
La primera enumeración corresponde a un extranjero que lleva años viviendo en nuestro país y que replica las costumbres argentinas que más se le pegan y otras que llaman poderosamente su atención, aparte del acento y la tonada.
Según la declaración que reprodujo el sitio viajar a Argentina hoy, una de las cosas que más le cuesta a este oriundo de Bogotá, de nombre Miguel , es saludar con un beso tanto a hombres como a mujeres, cuestión inexsistente en otra parte del planeta. "En Argentina, el saludo más formal corresponde a estrechar la mano, pero el saludo común, entre conocidos, amigos o alguien a quién nos acaban de presentar es el beso en la mejilla (sea hombre o mujer) es indistinto.
En Buenos Aires específicamente se saluda con 1 (un) beso en la mejilla, pero por ejemplo, en la provincia de Corrientes se usa saludar con 2 (dos) besos uno en cada mejilla, incluso si nos movemos a Uruguaiana, Brasil se saluda con 3 besos en la mejilla (he escuchado que en otras provincias de Argentina también).", relata esta persona, siempre sujeto a la información proporcionada por el mismo sitio web.
Otra de las cosas que llama su atención (¿a quién no?) es colocar una botella, lata o cualquier objeto similar en el techo de un rodado. Les avisamos que eso significa que dicho vehículo se encuentra a la venta. No piense que el automóvil es parte de algún ritual oscuro o es una decoración impropia que le agregamos los argentinos para que se vea más lindo. No hay una explicación que esclarezca fehacientemente porqué adoptamos ésa costumbre, pero sin duda llama la atención de cualquiera, y creo que ésa es la idea fundamental de implementar tal mecanismo a la hora de querer vender nuestro coche. Si llama la atención de un argentino, imagínese la de un extranjero. Ya lo saben: una botella en el techo de un vehículo es señal de que se encuentra a la venta. Y no se extrañe si el propietario impone un precio y el posible comprador solicita una rebaja, ésa es otra costumbre bien argentina, también.
Si uno pasa por un negocio y ve la puerta cerrada, claramente asume que el comercio se encuentra cerrado al público. Esa es la lógica en cualquier parte del mundo... Menos en Argentina. Cuando una puerta está cerrada, igual verifique que el local no esté cerrado. Una de las causas más probables de este ritual es para enfrentar las bajas temperaturas que en invierno azotan a gran parte del país. Entonces, manteniendo la puerta cerrada y con una estufa encendida en el interior del recinto, nos mantenemos cálidos y no sufrimos demasiado la ola de frío. "Me encontré que muchos locales parecían estar cerrados y que las puertas tienen “manija o picaporte” como si fuera una casa común. Algunos negocios tienen puerta de cristal y el letrero de “empuje” pero otros ni letrero ni puerta de cristal, solo una puerta común y ahí la confusión.", comenta Miguel, según reproduce el propio sitio web Viajar a Argentina hoy.
El dejar propina en un bar o restaurant antes de irse es una buena costumbre replicada en todas partes del mundo. Por ejemplo, en Estados Unidos se estila dejar entre un 5 y 10% del total de la cuenta, y eso está establecido por Ley. Argentina no es la excepción, pero Miguel recomienda dejar billetes en lugar de monedas, porque las monedas son consideradas como un insulto, ya que evidenciaría la mala calidad del servicio ofrecido. "Si van a dejar propina dejen un billete o no dejen nada", recomienda el colombiano.
Otra costumbre con sello argentino es comer gnoquis todos los 29 de todos los meses y además dejar $2 debajo del plato. Eso sí: gnoquis caseros, sino no sirve. Es una costumbre que probablemente se adopte para "atraer a la suerte" o alguna cuestión similar. De todos modos, hoy en día este hábito se perdió en muchos lados, aunque hay familias que siguen la tradición a rajatabla. Vale aclarar, la tradición de comer gnoquis todos los 29. El depositar $2 debajo del plato se perdió y hace mucho.
Pasemos al mate, la primera costumbre argentina replicada en todas partes del mundo, mayoritariamente en Europa. El mate, podría decirse, es un ritual que se usa como excusa para charlar, opinar e invitar a alguien a tomar algo a la tarde. Todos los argentinos, cuando nos reunimos en familia o con amigos, hacemos una ronda y vamos pasándonos el mate de mano en mano y por turnos, y en el medio surgen temas de conversación diversos, que nos invitan a que sigamos hablando y sociabilizando con nuestro entorno. El mate se toma en cualquier lado y en cualquier momento: en el colectivo, en medio de una clase universitaria, en un club de barrio, en un colegio, en una plaza, etc. Según publicó Para ti, "La yerba mate, esa infusión tan propia de nuestra identidad argentina, empieza a filtrarse en las capitales del mundo, en versión sofisticada y gourmet. Como alguna vez pasó con el tango, que necesitó hacerse objeto de deseo en París para después volver a Buenos Aires convertido por fin en profeta en su tierra, hay una corriente matera e internacional que resalta nuevas virtudes de nuestra bebida patria. En la SIAL, la feria gastronómica más importante del mundo, con sede todos los años en la capital francesa, el mate no fue exhibido junto al dulce de leche, tamales y las empanadas sino que tuvo su propio stand en el pabellón de los alimentos saludables y fue vecino de otras bebidas energéticas." Además, la misma nota agrega que "mientras que a los argentinos nos mueven la tradición y la costumbre, fronteras afuera lo que buscan son sus propiedades".
Le vamos a dedicar en éste artículo un párrado al tan clamado rito dominguero: el asado. “El asado
argentino es un símbolo nacional y al tiempo una de las joyas de la cultura
universal, un equivalente extremo de la ceremonia del té japonesa, por ejemplo,
con la que comparte duración, en torno a las cuatro horas. Su secreto es
precisamente la falta de secreto, una materia prima estupenda, una buena
parrilla y tiempo”. El fragmento corresponde al
texto Asado argentino escrito por Miguel Aguilar, publicado en octubre de 2011 en
la revista Letras libres. Y lo elegí porque define a la perfección
un ritual argentino, tradición de los domingos en familia. Una parrilla con una
longitud incandescente a los ojos del buen asador, aquél que como un vigilador
de turno a tiempo completo, no se despega de su lugar de trabajo para lograr el
esmero exigido en su cocción: la carne asada, a punto y crujiente; ese humo que
sale inconmensurablemente de la parrilla e invade fervorosamente el ambiente,
alertando a su vez a los comensales, que la liturgia está preparada para ser
disfrutada; escuchar el crispar de las carnes, las morcillas y el chorizo; y
sentir ese aroma tan especial impregnando e incentivando al disfrute de nuestro
deleite, es algo que no tiene precio ni comparación.
El dulce de leche es otra de las tantas tradiciones que nos caracterizan a los argentinos. Se consume tanto en territorio nacional como extranjero, y es la materia prima de los principales productos y golosinas dulces que fabricamos y exportamos. Somos el principal fabricante en el mundo, en donde ya no nos identifican tanto con Maradona o el tango, sino con el dulce de leche. Italia, por ejemplo, es el país de Europa que más comercializa este invento tan típicamente argentino. ¿Pero, es tan así? A raíz de esto, hay una serie de divergencias sobre su posible origen. Una teoria atribuye el invento a la época colonial, cuando la criada del general Juan Manuel de Rosas cometió un error en la cocción de un postre que estaba preparando durante un encuentro entre el propio Rosas y su enemigo del momento, el general Juan Lavalle. Cuenta la historia, aunque de manera media truncada, que Lavalle se quedó dormido y la sirvienta decidió huir, sin advertir que dejó en una olla cociéndose una preparación de leche y azúcar. Al regresar al día siguiente, se encontró con que la preparación había adoptado un color amarronado y de agradable sabor. La otra versión "indicaría que el “dulceleche” se inventó en la banda oriental, más precisamente durante el sitio de Montevideo por parte de la Confederación. Según parece los montevideanos, acosados por el hambre del sitio, habrían recurrido a las leche que a duras penas le mandaba el Pardejón Fructuoso Rivera, precedente de las vas que éste le birlaba la los macacos brasileros de Río Grande do Sul. Esta leche, introducida subrepticiamente a Montevideo por la flota francesa, era mezclada con azúcar que les contrabandeaba Urquiza desde el litoral, y calentada con algunos restos de empalizadas y hasta bosta de la caballería sitiada. Algunos afirman haber descubierto en excavaciones realizas en fecha recientes, restos de las vasijas y cucharas de madera que se usaron para dichos menesteres. Inclusive atribuyen el invento a la frondosa imaginación de ciertos unitarios emigrados en Montevideo, como Florencio Varela o Rivera Indarte, en cuyo caso la autoría del invento debería ser compartida por las dos nacionalidades", según explica el portal La Gazeta.
Y no podemos dar por finalizado este informe sin antes remitirnos al tango. El compás del 2x4, las letras duras y sociales que acarrean muchas de sus melodías, el lenguaje lunfardo tan característico de ellas son marcas registradas de un ritmo que supo ganarse el completo afecto del mundo entero. Un escrito presentado en conjunto por Argentina y Uruguay ante la Unesco para ser considerado patrimonio inmaterial aclama lo siguiente: "El tango nació entre las clases bajas de ambas ciudades [Buenos Aires y Montevideo] como una expresión originada de la fusión de elementos de las culturas afroargentinas y afrouruguayas, auténticos criollos e inmigrantes europeos. Como resultado artístico y cultural de este proceso de hibridación, el tango es considerado hoy en día como uno de los principales signos identitarios del Río de la Plata". Hoy en día se baila en casi todos los rincones del planeta: New York, Londres, Amsterdam, París, en donde los adeptos de ésta danza pueden reunirse en conjunto de milongas o inclusive tomar clases.
Y la lista de costumbres argentinas replicadas o no en el mundo entero se hace inacabable. No es un tema que pueda resolverse en unas pocas líneas, sino su debate da para escribir tomos enteros de enciclopedias dedicadas exclusivamente a su tratado. No solamente hábitos, sino inventos y descubrimientos, como el boligrafo, la huella dactilar, el colectivo, entre miles más. Lo que está explicitado en este pequeño informe no es ni la cuarta parte de una temática infinitamente entretenida, curiosa, interesante y estremecedora.